Querido candidato:
Te agradezco tu e-mail de ayer. En él me expones varias preguntas muy interesantes sobre cómo mejorar en tu búsqueda de empleo, que abarcan distintas etapas de un proceso de selección. Me es imposible darte una fórmula mágica infalible que te sirva para abrirte el cielo, ya me gustaría a mí tener ofertas de trabajo para todo el mundo y una pócima universal que al beberla, automáticamente, pudieras pasar de candidato a empleado en el puesto de trabajo soñado, en cuestión de segundos. Por desgracia, algo así no te podré dar. Sin embargo, te propongo ir contestando paulatinamente a tus preguntas en varios e-mails, de una forma original, que espero que te sea muy útil. Te explicaré cómo funciona un proceso de selección por dentro para que veas qué esperamos los seleccionadores de los candidatos y conozcas a qué presiones estamos sujetos los que realizamos esta labor. De esta forma, poniéndote en mi cabeza, estoy segura de que podrás entender mucho mejor los factores y actores que entran en juego para acertar mejor en tus decisiones.
Revisando lo que me habías pedido, creo que deberíamos empezar por el principio: el CUÁNDO. Me preguntas cuándo debes mandar una candidatura: ¿El mismo día en que veo que sale publicada la oferta? o bien ¿Al cabo de unos días?… por no parecer que estoy desesperado. Del mismo modo te contestaré con una pregunta: ¿Cuántos días piensas que tenemos los seleccionadores para abrir CV? Los procesos de selección nos los piden para ayer y yo rezo para recibir CV cuanto antes y cuántos más mejor, que me faciliten la tarea de encontrar al candidato adecuado. Y digo rezo, porque nunca tengo la seguridad de cerrar un proceso de selección hasta el final: siempre temo cómo irá el proceso y si lograré dar con el candidato adecuado. Y tras la elección sigo sufriendo unos meses más hasta que el cliente me confirma que el candidato se ha adaptado bien a la empresa y es adecuado.
Volviendo a tu pregunta, a veces, por cuestión de presión del tiempo, sólo dispongo de dos, tres o cuatro días a lo sumo para abrir CV. Si bien es cierto que mientras hago entrevistas, suelo ir abriendo más CV por si llega un candidato interesante que sumar al resto, esto no siempre es posible, pues a veces sólo tengo pocos días para leer CV. Si con este breve espacio de tiempo, ya localizo a candidatos interesantes, candidaturas recibidas más tarde pueden quedarse por abrir. Con lo cual, sácate de la cabeza qué pensará de mí el seleccionador si escribo tan rápido y no pierdas ni un minuto para ganar en probabilidades de que te lean.
Sin embargo, y ahora me refiero a tu segunda pregunta, sé cauto con el CUÁNTO. Me encuentro con algún candidato que me escribe para puestos que no tienen nada que ver entre sí: desde responsable de marketing pasando por abogado fiscalista, técnico-comercial, adjunto a director de producción hasta store manager. Todo no se puede ser y está claro que contestar a todas las ofertas del mundo no es la mejor estrategia, porque cuando yo recibo un CV repetido, no dos, ni tres, ni cuatro, sino muchas veces más para puestos totalmente inconexos, la sensación que tengo es de que este candidato está escribiendo a todas las ofertas, sean las mías como las del vecino, y le da igual si cumple el perfil o no. El día en que verdaderamente se adaptará a una oferta, ese día pasará sin pena ni gloria por delante de los ojos del seleccionador. Es muy humano pensar que cuántos más CV mandes más posibilidades tendrás, sí que es verdad, pero, en mi opinión, matizando: solo ofertas en que cumples con los requisitos, sino te estás labrando tu propia trampa mortal. Seguiremos hablando, querido candidato, no tardaré mucho en darte nuevas pistas, queda mucho por comentar, seguiremos con el cómo…
Si deseas ampliar más información sobre cómo funciona un proceso de selección desde el punto de vista de un seleccionador síguela en Twitter
@SilviaFores