Eficacia y productividad son dos términos que van de la mano y que últimamente están muy en boga. No en vano, estos son 2 objetivos primordiales dentro de las empresas que han empezado a examinar cuál es su funcionamiento actual y tienen unos objetivos a corto y largo plazo.
Pero, ¿qué hay sobre los ejecutivos? ¿Son todos eficaces?
Aquí tienes las cinco reglas de oro que debe cumplir cualquier ejecutivo que quiera ser eficaz.
1. La formación y el aprendizaje son clave
Lo primero que tienes que preguntarte es, ¿qué trabajo tengo que hacer? Es posible que al principio solo se te ocurran ideas prácticas muy concretas, pero poco a poco sabrás desplegar mentalmente un montón de tareas pendientes u objetivos a largo plazo.
Cuando hayas establecido un listado tendrás que priorizar y, a continuación, aprender todo lo que puedas acerca de tus áreas de interés. Un ejecutivo solo puede ser eficaz si está formado y tiene conocimientos exhaustivos sobre todo aquello que tiene entre manos. Pero para conseguir eso hay que tener claro qué es lo que hay que hacer.
2. Crea un plan personal para llevar a la práctica
Los ejecutivos tienen responsabilidades y esas responsabilidades tienen que traducirse en hechos, seguramente a corto plazo. En este punto, tenemos que preguntarnos de nuevo qué es lo que la empresa espera de nosotros, cuál es el objetivo por el que nos han contratado o si nuestra manera de proceder es ética y se ajusta a las políticas de la empresa. Poner toda esta información negro sobre blanco te ayudará a tener más claras tus ideas, aunque debes tener en cuenta que para resultar útil, este documento tendrá que ser revisado tantas veces como sea necesario.
3. Pasa a la acción: pon en marcha tu plan
Un requisito primordial antes de ejecutar un plan o proyecto es, sin lugar a dudas, la comunicación. Trata de gestionar de manera acertada las distintas responsabilidades de tu equipo, deja claros los plazos y escucha a todas aquellas personas que vayan a trabajar junto a ti o bajo tus directrices.
Es posible que los planes vayan cambiando sobre la marcha, pero para ello tendrás que tender la mano y aprender a dar marcha atrás si el ensayo ha dado lugar a un error. Esto incluye revisar los resultados de cada una de tus acciones y valorar si estamos ante un acierto o si hemos caído en un error que no debería volver a producirse. Está claro que en cualquiera de los dos casos habremos aprendido algo.
4. Comunícate, comunícate y … comunícate
Compartir toda la información con tus responsables directos y con tu equipo es imprescindible si quieres que todo marche como es debido. Aparte de comunicar, tendrás que asegurarte de que todo lo que has transmitido ha sido realmente comprendido por los demás. De lo contrario, tu mensaje viajará sin rumbo y se perderá por el camino. Si no te ocupas de este detalle, el esfuerzo inicial no habrá servido para nada.
5. Centra tus objetivos y aprovecha las oportunidades
Se ha producido un cambio que no esperabas. Ha llegado de la mano de otra empresa de la competencia. He aquí un problema. Pero los ejecutivos más eficaces no se encuentran empecinados en el escollo que acaba de surgir en el camino, sino que tratan de revertirlo para generar una oportunidad beneficiosa para la empresa. De este modo, son susceptibles de ser analizados los cambios demográficos, las innovaciones en los procesos, productos y servicios, los éxitos o fracasos de la propia empresa y los cambios estructurales que se producirán necesariamente en el sector.
Focalizar nuestra atención en las oportunidades es primordial para centrarse y alcanzar nuevos objetivos.
¿Y tú, eres un ejecutivo eficaz? ¿Cuáles son tus reglas de oro?
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