No hay ninguna duda de que la pandemia del coronavirus covid-19, ha sacudido de forma brusca los cimientos de nuestro entorno personal y profesional, forzándonos a sacar lo mejor de nosotros mismos para afrontar las nuevas e inesperadas circunstancias y así, de este modo, definiendo un nuevo Paradigma.
En un breve período de tiempo, casi sin tiempo para asimilarlo, nos hemos tenido que adaptar a un nuevo modelo laboral, basado en el trabajo desde el confinamiento, combinando nuestro estado laboral con el personal y que podríamos definir como teletrabajo. Lo cierto, es que esta herramienta, conocida por todos, pero cuya implantación no había ido más allá de un voluntarioso intento de algunas empresas por implantarlo tímidamente y que, en realidad, era muy poco utilizada por la gran mayoría de los profesionales hasta la llegada de la covid-19.
En estos momentos, tras muchos años preparándonos para la famosa “gestión del cambio”, sin plazo para prepararnos, necesariamente nos hemos enfrentado al “momento de la verdad”: el momento del cambio, el momento de poner en práctica aquello que llevábamos tiempo poniendo en valor y que ahora, de forma inevitable, debemos aterrizar y llevar al terreno, al lugar dónde ocurren realmente las cosas. Todo ello, para inicialmente gestionar el cambio con resiliencia y, en segundo lugar, afrontar los nuevos desafíos con tesón y garantías suficientes y así poder salir victoriosos de los retos presentes y futuros.
Durante los últimos meses, el término “distanciamiento”, se ha repetido en innumerables ocasiones en medios y en nuestras conversaciones. Parte de la negatividad de su connotación, al representar la distancia social y física entre las personas, se ha visto compensada con un beneficio inesperado en el ámbito laboral: el distanciamiento ha contribuido a una transformación del modelo de trabajo, una nueva forma de hacer, de relacionarnos, de interactuar, de seguir construyendo, en un mundo que quedó paralizado en lo físico, pero que en lo digital ha seguido avanzando de forma imparable.
Contrariamente a lo que podríamos esperar y pese a la falta de experiencia en estas circunstancias, este distanciamiento físico se ha visto suplido por un incipiente y extraordinario acercamiento digital entre las personas, que han trabajado de forma cercana y directa, a pesar de comunicarse o intercambiar datos o cualquier otro tipo de información desde la distancia.
Como aspecto positivo de este nuevo e incipiente modelo laboral, todos tenemos en común que somos “unos auténticos becarios” ante este nuevo modelo y todavía tenemos mucho camino por recorrer. De una forma más o menos consciente, sabemos que este nuevo modelo de trabajo que se está generando, en el que damos los primeros pasos, pendiente de regulación por parte del Gobierno y empresas, indudablemente, lo estamos construyendo entre todos, representando una oportunidad y un reto que no podemos eludir. Es un desafío para todos.
Gracias a la tecnología y a la agilidad manifiesta en su rápida utilización en provecho de las personas, creando y definiendo nuevos modelos de relación en un reducido intervalo de tiempo, hemos construido unos nuevos cimientos sólidos, que han fraguado de forma rápida y duradera, y que seguramente formarán parte de nuestra vida en los próximos años.
En la distancia, la tecnología nos ha permitido humanizar muchos procesos que antes de la covid-19 considerábamos secundarios o de poco recorrido, pero que ahora, en la realidad del nuevo paradigma, se han situado, sin esperarlo, en un lugar preferente en nuestras relaciones profesionales.
Cobra actualidad, el concepto anticipado en un artículo que publiqué en 2014 y que denominé “La Humanización de los procesos”, que ahora, con el impulso digital, se ha convertido en una realidad. En este artículo ya explicaba cómo la Humanización de los procesos “conceptualmente, explica un nuevo canal de comunicación, cada vez más en auge, en el que dos personas, ubicadas en diferentes lugares del planeta, son capaces de comunicarse e interactuar de forma audio visual entre ambas, en tiempo real, mediante el uso de las nuevas tecnologías. Y nos sirve para comprender cómo la tecnología está cambiando nuestra vida cotidiana y cómo el hombre es capaz de utilizarla, humanizando la misma; modificándose, por tanto, nuestra forma de hacer las cosas, nuestra forma de interactuar, de comunicarnos”. Pura actualidad y reflejo de las consecuencias positivas que ha tenido el triste distanciamiento social y físico, pero que ha contribuido a pasos de gigante en la definición de un nuevo modelo laboral, presente y futuro.
En unos primeros estudios realizados a partir de datos del Banco de España durante el estado de alarma, aunque todavía existe un elevado margen de mejora, con al menos un 30,6% de los trabajos que podrían realizarse a distancia, el 80% de las empresas han intentado, con mayor o menor éxito, adaptar su actividad al teletrabajo. De esta forma, se confirma que estamos ante un nuevo modelo laboral, que, todo parece indicar, que el teletrabajo ha venido para quedarse.
Hace unos meses, publiqué un artículo que titulé “Las competencias Digitales, claves para el futuro del trabajo” en el que explicaba el alcance de dos grupos de competencias o skills necesarias para el éxito del profesional del presente:
- Las Soft Skills, competencias blandas o transversales, que son aquellas que engloban competencias como el liderazgo, la resolución de problemas, el trabajo en equipo, la colaboración, la toma de decisiones, creatividad, la resiliencia o el learnability, es decir, la capacidad de aprendizaje continuo.
- Las Hard Skills, que son las competencias duras, más técnicas, y que en el ámbito de la Transformación Digital, se ajustarían a los conocimientos relacionados con las tecnologías habilitadoras como Inteligencia Artificial, Realidad Aumentada, Realidad Virtual, etc.
Debido al coronavirus, durante los últimos tiempos, hemos hecho un esfuerzo para poner en valor y reinventar las competencias necesarias para nuestros puestos de trabajo, tanto Soft Skills como Hard Skills, que ahora, con el teletrabajo, han sufrido una alteración en su composición básica, al tener que readaptarse debido al efecto del distanciamiento físico que personifica el teletrabajo.
Es evidente que estas competencias están de plena actualidad, pero también es innegable que tras la crisis del covid-19 y la aceleración del cambio de modelo laboral, se ha generado una nueva realidad en la que convivirán, en mayor o menor proporción, el trabajo presencial con el teletrabajo en la distancia, en oficinas virtuales. Esta nueva realidad, requerirá que los profesionales modulen y adapten sus soft y hard skills a cualquier circunstancia, ya que la receta no es común para todos los casos. Si pensamos en cualquiera de las competencias, por ejemplo, el liderazgo, es evidente que no se puede desarrollar y ejercer de la misma manera en un entorno físico que en la distancia; como mínimo exigirá una adaptación, si no el desarrollo de otras destrezas. No cambia solo el entorno, sino también las personas que, por si fuera poco, tienen que convivir con todo el riego psicosocial que supone el teletrabajo.
¿Qué son las Distancing Skills?
Asistimos al nacimiento por derecho propio de un nuevo grupo de competencias: las Distancing Skills o, lo que es lo mismo, las competencias clave para el éxito en un modelo laboral donde existe un distanciamento físico, pero una cercanía digital.
Estas nuevas Skills que surgen del distanciamiento y el teletrabajo, representan un nuevo grupo de competencias híbridas entre las Hard Skills y las Soft Skills. En este contexto, de ambas, son especialmente las Soft Skills las que cambian de escenario, pasando del plano físico al virtual. Ahora que parece que la distancia entre trabajadores se amplía, literal y figuradamente, al haber menos contacto y cercanía entre los miembros de un equipo, es donde surge el concepto de Distancing Skills, como una nueva simbiosis de las competencias soft y hard a través de la distancia.
Las Distancing Skills simbolizan la necesaria incorporación del adjetivo virtual a las Soft Skills, ya que el teletrabajo genera nuevas experiencias y exigencias en la comunicación y en la gestión del trabajo. Los profesionales tienen que gestionar lo presencial y lo virtual: todo un reto, que requerirá aprendizaje y tiempo.
Las 11 competencias para afrontar los nuevos desafíos en el trabajo
¿Cómo transformar las Soft Skills en Distancing Skills? La clave de esta transformación cultural, radicará en la readaptación del sentido de algunas de las competencias blandas, comprendiendo que aunque similares, la distancia física modulará y modificará el modelo de gestión para conseguir el logro de los objetivos y metas de los equipos.
De esta forma, incluiremos en el grupo de las Distancig Skills, al menos, las siguientes competencias:
1. Liderazgo en remoto: Capacidad de inspirar y motivar a otros en la distancia.
2. La agilidad, adaptabilidad y resiliencia, para trabajar con gran tolerancia ante la incertidumbre que genera esta situación y poder liderar el cambio, lo que nos permitirá disfrutar en mayor medida de los nuevos retos.
3. La colaboración remota, estableciéndose nuevos modelos de colaboración en la nube, online u otras alternativas del amplio abanico de posibilidades que nos ofrece la tecnología actual.
4. Ante la ausencia de contacto visual presencial, será fundamental trabajar estrategias generadoras de confianza entre colaboradores, clientes, proveedores,…agilizando la toma de decisiones en remoto.
5. Si presencialmente la gestión de emociones es importante, en la distancia y en este entorno incierto, resultará clave para hacer frente a todos los riesgos psicolaborales que se puedan producir como consecuencia del trabajo a distancia.
6. El poder del reconocimiento en la distancia, se convertirá en una herramienta fundamental para compensar la falta de cercanía física.
7. La comunicación visual y escrita, toma una mayor relevancia, dado que nos enfrentamos a interacciones con un alto grado de concentración e interés por parte de todos los integrantes en un proyecto, webinar, vídeo,…
8. La gestión eficiente y flexible del tiempo, que permitirá aumentar la productividad de los equipos en cierta medida deslocalizados.
9. La distancia, también requiere de innovación continua en los procesos.
10. Dirección por objetivos, ya que pondrá en valor, la eficiencia y eficacia de los procesos, gestionando proyectos de forma ágil y trasversal con objetivos claros y transparentes.
11. Y toma cierta relevancia, la gestión por propósito, herramienta para afrontar con humildad y liderazgo cualquier proyecto en la vida, eso así, ahora en la distancia.
Identificadas las principales distancing skills, el reto al que todos nos enfrentamos es a aprender a desarrollarlas y manejarlas en los nuevos entornos de trabajo.
La formación, entrenamiento y desarrollo de estas competencias, tendrán un efecto colateral positivo, dado que son clave fundamental para vencer muchas de los riesgos y handicaps que presenta el teletrabajo, como son la soledad, el impacto emocional, los interminables horarios, la necesaria disciplina, el autocontrol, las dificultades en la conciliación familiar u otros factores cuyo manejo puede ser mejorado si desarrollamos las Distancing skills.
A falta de las regulaciones oportunas de este nuevo modelo laboral que se encuentra en una fase muy incipiente y que, seguramente irá evolucionando en los próximos meses hacia modelos mixtos que combinen lo físico con lo online; resulta evidente que este nuevo modelo ha generado la aparición de estas nuevas competencias híbridas, pura digitalización y humanización, conceptos conectadas por derecho, creando puentes entre el presente y futuro.
Porque si trabajamos todas estas habilidades, las tradicionales pero también las que necesariamente surgen en este nuevo modelo laboral, la brecha entre lo que demandan las empresas y las capacidades de los profesionales, será menor y así, las empresas y las personas estarán más alineadas y mejor preparadas para afrontar cualquier reto.
Sinceramente, no sabremos qué pasará en los próximos meses, mientras tanto, sigamos “aprendiendo haciendo”, desarrollando las nuevas competencias. No paremos de seguir innovando, nuestros logros de hoy, serán los éxitos del mañana. Un placer dar la bienvenida a las Distancing Skills.
Guillermo Perez Morales, es Director Técnico Comercial en EULEN y Vicepresidente de la Alianza por el Desarrollo del Talento Digital en AMETIC.
Grupo EULEN es una compañía cuyo activo más importante son las personas, clave de su negocio, basado en el desarrollo de sus empleados. Buscan un desarrollo profesional y personal: jornada laboral flexible, adquisición de días de vacaciones, teléfono de orientación social, reducción temporal de jornada. Revisa sus ofertas de empleo
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