Desde los baby boomers, pasando por los milenials, hasta la Generación Z, uno de los retos añadidos a los que se enfrentan las empresas tiene que ver precisamente con las diferencias generacionales. La mezcla de personas nacidas en décadas distintas puede resultar hasta cierto punto enriquecedora. En un mismo espacio, y durante bastantes horas (a menudo una jornada laboral o incluso más) todos aportan una gran variedad de perspectivas, habilidades y experiencias. Sin embargo, este intercambio puede resultar verdaderamente retador.
Y es que las diferentes generaciones poseen estilos de trabajo muy distintos. Tampoco tienen los mismos valores y expectativas. Por eso es tan importante que las empresas y sus líderes sepan gestionar de manera abierta y transparente las relaciones entre empleados/as, para evitar que surjan conflictos y propiciar, en todo caso, que se transfieran conocimientos y experiencias. Que es el lado más positivo de contar con personas de distintas edades trabajando en un mismo proyecto. Es decir, remando hacia una misma dirección.
Es frecuente, sin embargo, que los más mayores tengan ciertas reticencias para con los más jóvenes. Y que los más jóvenes piensen que los mayores no encajan bien las novedades. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Cómo son las nuevas generaciones? InfoJobs se ha preocupado por esta cuestión a través de la primera edición de la encuesta sobre Nuevas generaciones en el mercado laboral, realizada a empresas y a personas en edad activa para analizar cómo es la Generación Z, la de aquellas personas nacidas entre 1995-2000, la mayor parte incorporadas ya al mercado laboral.
¿Cómo es la Generación Z en el terreno laboral?
Como decíamos, la Generación Z nació hace, como máximo, 28 años y configuran el 20% de la fuerza laboral en España. Llegaron en pleno auge tecnológico y han crecido con un ordenador bajo el brazo. O con un teléfono móvil. Tienen competencias digitales, habilidades bien diversas y predisposición por el aprendizaje continuo. Pero, ¿son reamente así? La mayor parte de ellos comparten prioridades en cuanto a bienestar. Buscan estilos de vida saludables, salud física y mental, flexibilidad y conciliación. Al mismo tiempo, buscan empleos en los que puedan sentirse realizados y les motiven.
¿Cómo se ve la Generación Z?
Coinciden en reconocerse como nativos digitales, por eso consideran que la tecnología es una parte más de su vida. Esto también les hace más dependientes. Al haber nacido en medio de una crisis, se consideran resilientes por naturaleza, innovadores y creativos a la hora de resolver problemas. Al mismo tiempo, creen que tienen múltiples y variadas competencias digitales (69%), aportan aire fresco a las empresas (67%) y están preparados para aportar nuevas ideas y maneras de trabajar (65%).
Según la encuesta realizada por InfoJobs, los de la Generación Z también son luchadores por la igualdad de género y la conciliación laboral. Y, de hecho, otorgan más importancia a la desigualdad (55%) frente a otras generaciones, como los milenials, los de la Generación X y los Baby Boomers. ¿Y cuáles son sus prioridades? Pues para el 61 % es vital la transparencia salarial y de condiciones. El teletrabajo también es importante para ellos: hasta un 56% exige a las empresas la posibilidad de trabajar en remoto.
¿Son mejores o peores en el terreno laboral?
El debate sobre si los miembros de la Generación Z son mejores o peores en el entorno laboral es un tema que merece una perspectiva equilibrada. La realidad es que no se puede categorizar a una generación como superior o inferior, ya que cada grupo demográfico aporta habilidades y perspectivas únicas en el terreno laboral.
Es esencial comprender que no se trata de ser mejores o peores, sino de ser diferentes. Como indicábamos al principio, la diversidad generacional en el trabajo puede llevar a malentendidos, pero también a la oportunidad de aprender y crecer mutuamente. La clave para el éxito radica en reconocer y apreciar las fortalezas individuales de cada generación, fomentando un ambiente de trabajo inclusivo donde se celebren las diferencias. Y ahí tiene gran parte de responsabilidad el líder del equipo.
En lugar de comparar generaciones, es fundamental promover un diálogo abierto y crear un entorno en el que todas las edades colaboren de manera efectiva. La mezcla intergeneracional no debería percibirse como una competencia, sino como una sinergia que aprovecha la experiencia acumulada y la frescura de nuevas ideas. Y es que la diversidad generacional enriquece el tejido laboral, aportando una variedad de perspectivas y habilidades que benefician a toda la organización.
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