El contrato de trabajo es el acuerdo entre dos personas, trabajador/a y empresario/a, por el que el primero/a se compromete a prestar determinados servicios al segundo/a a cambio de una retribución, generalmente económica. Ahora bien, ¿cómo saber si un contrato de trabajo es falso?
Aunque las reglas del juego están claras y los contratos de trabajo tienen que cumplir una serie de requisitos, siempre hay empresarios/as que quieren aprovecharse de la necesidad o desconocimiento de las personas ofreciéndoles contratos que no se ajustan a la legalidad. En este artículo vamos a ver todos esos detalles: cómo es un contrato de trabajo, cómo distinguir un contrato ilegal y cuáles son las situaciones más comunes en las que se dan contratos falsos.
Cómo es un contrato de trabajo legal
En líneas generales hay que destacar dos puntos básicos para que un contrato de trabajo sea legal. En este sentido debe ajustarse a:
- Lo dispuesto en el Código Civil en lo relativo a los requisitos esenciales de todo contrato: consentimiento de los contratantes, objeto cierto que sea materia del contrato y causa de la obligación que se establezca.
- Lo dispuesto en el Estatuto de los Trabajadores sobre la adecuada utilización de los tipos de contrato y al cumplimiento de las disposiciones que rigen las condiciones laborales en nuestro país.
Respecto a estos dos puntos, es interesante resaltar que un contrato de trabajo puede ser legal a pesar de que se haya incluido una o varias cláusulas ilegales. Es decir, el Estatuto de los Trabajadores en el artículo 9 “Validez del contrato” dice lo siguiente: “Si resultase nula solo una parte del contrato de trabajo, este permanecerá válido en lo restante, y se entenderá completado con los preceptos jurídicos adecuados conforme a lo dispuesto en el artículo 3.1.”
Este artículo 3.1. hace referencia a los derechos y obligaciones de la relación laboral destacando que se regulan en base a las disposiciones legales y reglamentarias del Estado, los convenios colectivos, los usos y costumbres locales y profesionales y la voluntad de las partes, sin que en ningún caso puedan establecerse en perjuicio del trabajador/a condiciones menos favorables o contrarias a las disposiciones legales y convenios colectivos.
Qué pasa si un contrato es falso
Si un contrato no cumple con los requisitos antes citados puede declararse nulo y en ese caso el trabajador/a podrá exigir la remuneración correspondiente a un contrato válido por el trabajo que ya haya realizado. Asimismo, en caso de nulidad por discriminación salarial por razón de sexo, el trabajador o trabajadora tendrá derecho a la retribución correspondiente al trabajo igual o de igual valor.
Tipos de contratos laborales
Uno de los motivos más habituales de contratos falsos es que el empresario/a ofrezca un tipo de contrato al empleado/a cuando en realidad las condiciones reales del trabajo se correspondan con otro. Ante esta situación es muy importante conocer los tipos de trabajo que existen según la última Reforma Laboral para saber a qué atenernos.
De forma muy resumida estos son los tipos de contratos con los que te puedes encontrar:
- Contrato formativo: Formación en alternancia con el trabajo retribuido por cuenta ajena o desempeño de una actividad laboral destinada a adquirir una práctica profesional adecuada.
- Contrato indefinido: Contrato que no establece límites de tiempo y se propone una prestación de servicios indefinida o fija. El contrato de trabajo indefinido puede ser verbal o escrito y celebrarse a jornada completa, parcial o para la prestación de servicios fijos discontinuos.
- Contrato fijo discontinuo: Se trata de contratos por estacionalidad que se caracterizan por periodos de actividad y de inactividad pero sin romper la relación laboral con la empresa.
- Contrato temporal: Contrato para la prestación de servicios de duración determinada que, con la última reforma laboral, se establece que solo podrá justificarse la temporalidad por circunstancias de la producción o por sustitución de persona trabajadora.
Además, dentro de cada uno de estos contratos se incluyen las cláusulas generales que hay que cumplir para luchar contra la precariedad y proteger los derechos de los trabajadores/as. Un ejemplo de ello es el contrato indefinido o temporal a tiempo parcial, que es cuando se acuerda la prestación de servicios por un tiempo inferior a una jornada de un trabajador/a a tiempo completo. En el contrato a tiempo parcial debe aparecer el número de horas de trabajo y se pueden pactar horas complementarias por escrito con el empresario/a, pero que no superen el 30% de las horas ordinarias de trabajo objeto del contrato.
No obstante, en la práctica, los contratos de trabajo también cuentan con cláusulas personalizadas en función de las necesidades de la empresa, los requisitos del trabajo y las circunstancias del propio trabajador/a. Y, por supuesto, estas cláusulas – como decíamos antes – también deben respetar la normativa para que no sean declaradas nulas.
Ejemplos de contratos de trabajo falsos
Ahora que ya sabes mejor los tipos de contratos, será más fácil explicar cómo podemos detectar los contratos de trabajo falsos y cuáles son los más comunes. Como la picaresca está servida, algunos empresarios/as se aprovechan de la falta de control de Inspección de Trabajo para realizar fraude de ley. Algunos ejemplos de contratos de trabajo falsos son los siguientes:
Contrato temporal en fraude de ley
Por las características de este contrato, no puede servir para cubrir un puesto permanente sino una necesidad puntual o una sustitución. De hecho, todos los contratos se presumen indefinidos y para hacer uno temporal hay que justificarlo correctamente señalando la duración determinada. Si no se justifica o no hay razones para ello nos encontramos con un contrato de trabajo en fraude de ley que pasará a ser fijo inmediatamente.
Contratos “a tiempo parcial”
Uno de los contratos falsos más habituales es el acuerdo en horarios de media jornada pero que en la práctica se trabajan las mismas horas que un contrato a tiempo completo o más. En este caso, el empleado/a puede demandar a la empresa tanto en vía judicial como ante la Inspección de Trabajo para regularizar su situación a todos los efectos.
Falsos autónomos
Esta situación se da cuando la empresa incita a un trabajador/a a darse de alta como autónomo en lugar de contratarlo como asalariado y recibe una remuneración fija por su trabajo mediante factura. Con esta acción la empresa evita correr con los gastos de Seguridad Social y hacerse cargo de otras obligaciones. Además, para este tipo de situaciones existe la figura del TRADE (Trabajador Autónomo Económicamente Dependiente) que no siempre se respeta a nivel de condiciones y que suele convertirse en falso autónomo.
Contratos de prácticas encubiertos
Aprovecharse de los contratos de prácticas para cubrir un puesto de trabajo de una persona formada es muy frecuente y representa a todas luces una ilegalidad. Cuando se da esta situación y la empresa incumpla sus obligaciones formativas se entenderán concertados un contrato indefinido de carácter ordinario.
Estos son algunos ejemplos para saber si un contrato de trabajo es falso pero si tienes alguna duda lo mejor es consultar con algún abogado/a experto/a en laboral para que te asesore según tu caso.
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