Fondos virtuales divertidos para teletrabajar en el Día de la Diversión en el Trabajo
18 de febrero de 2015
La suerte está ahí y juega un papel: hay veces que llegamos al sitio justo en el momento adecuado y de pronto… ¡lo conseguimos! Parece como si la diosa fortuna se hubiese puesto de nuestra parte. Sin embargo, la suerte, siendo caprichosa como es, siempre nos pide tres cosas:
1. Estar preparados.
2. Tener los ojos bien abiertos.
3. No quedarnos quietos.
Y aquí es donde el título de este artículo adquiere todo su significado: el éxito es algo que nosotros provocamos con nuestra preparación, atención y movimiento. Cuando estas condiciones se dan, la vida tiende a conspirar para que logremos lo que buscamos y a esa conspiración la llamamos suerte. Pero lo que no siempre queda tan evidente es que la suerte nos ha visitado porque estábamos preparados, teníamos los ojos bien abiertos y estábamos en movimiento.
Preparación interior
Cuando de lo que se trata es de lograr un trabajo, la preparación no sólo implica la capacitación profesional, también supone la preparación interior. El mundo exterior siempre tiende a reflejar el interior, por lo que para lograr el éxito hemos de preparar nuestro interior para el éxito. ¿Qué significa esto? Pues nada más y nada menos que sentirnos por dentro como personas de éxito y vernos como una persona con éxito.
Seguro que algunos estaréis pensando: “bueno, esto es el típico rollo metafísico” y otros “cómo me voy a sentir con éxito si no lo tengo”. En respuesta al primer pensamiento te diré que en cierta medida sí, esto tiene algo de metafísica, pero tiene casi más de psicología porque cuando nos sentimos y nos vemos como personas de éxito nos comportamos como tal y esos comportamientos nos llevarán en el camino del éxito.
Con respecto al segundo pensamiento, claro que es posible sentirte con éxito aunque no tengas trabajo: todo depende del significado que le demos al éxito. Fíjate, simplemente por ser el ser humano que eres, eres un éxito de la vida, eres el producto de millones de años de evolución. Tu cerebro es la maravilla más compleja y potente que conocemos en el universo. Todo eso eres tú, un enorme éxito sin paliativos.
Cuando te ves así, te empiezas a sentir éxito y esta emoción te acompaña día a día en el proceso de lograr un trabajo o cualquier otra cosa que te propongas. Con esto creas las condiciones interiores para que en tu vida exterior se materialice el éxito, a cuya llegada contribuirás también con tu preparación profesional, teniendo los ojos bien abiertos para ver la oportunidad cuando llegue y moviéndote tanto como puedas para que cuando la oportunidad pase, te encuentre a ti en su camino.
¿Y qué hacer cuando el desánimo llega al jardín de nuestra mente? Pues recordar la frase del famoso poeta William Henley: “soy el capitán de mi alma, soy el dueño de mi destino”.
Que tengas un gran día.
Juan Manuel Martín Menéndez es consultor, conferenciante y autor del libro 'Que tengas un gran día'. Después de una carrera como ejecutivo, se embarcó en un viaje personal de búsqueda y transformación que le llevó a cambiar por completo el rumbo de su vida. En la actualidad se dedica a enriquecer la vida de otras personas a través de sus libros, conferencias e iniciativas empresariales.
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