De las muchas habilidades blandas que las empresas piden a sus candidatos/as, una de las más valoradas es la de saber trabajar bajo presión. Es algo que suele comentarse en las entrevistas: Hemos visto que tienes mucha experiencia en el sector, pero… ¿cómo llevas lo de trabajar bajo presión? Es lógico que esta pregunta también aparezca, aunque sea velada, en las encuestas de personalidad que realizan los entrevistadores/as. Y es de lo más lógico.
Saber trabajar bajo presión es algo que no todo el mundo sabe hacer, pero que es necesario en algún momento de la vida. Y en algunas profesiones esto se acentúa. Trabajar bajo presión significa saber desempeñar el trabajo que te toca desempeñar, aun teniendo muchos frentes abiertos, una gran exposición pública o una responsabilidad muy elevada. Y esto puede aplicarse en cualquier ámbito, sector y puesto de trabajo.
Hay camareros/as que tienen que saber trabajar bajo presión. Como también tienen que hacerlo los/as cocineros/as, los/as periodistas, los/as bomberos/as, los/as organizadores/as de eventos o los/as cirujanos/as. Si saben hacerlo, podrán desempeñar su trabajo aunque lleven muchas horas trabajando o hayan surgido problemas. De hecho, las personas más habilidosas conseguirán sacar adelante el trabajo a buen ritmo y sin perder un ápice de eficacia.
Pero, ¿sabes cómo trabajar bajo presión? A medida que vayas haciéndolo, descubrirás que hay muchas estrategias a las que puedes acudir para entrenarte. Con el tiempo, serás capaz de trabajar bajo presión con mucha más agilidad y destreza, sin perder energía y obteniendo unos excelentes resultados. No hay fórmula mágica, pero te recomendamos entrenar siguiendo estos consejos clave.
1. Organiza tu tiempo y la prioridad de tus tareas
Trabajar bajo presión no significa trabajar inmerso en el caos. Nada más lejos de la realidad. Las personas que saben trabajar bien bajo presión tienen su tiempo y sus tareas perfectamente organizadas, de modo que saben con precisión qué fuego apagar primero. Lo fundamental, en estos casos, es determinar qué tareas son urgentes e importantes para resolverlas a primera hora y dejar para más adelante aquellas que revisten menos importancia y urgencia. Si trabajas en el desorden, conseguirás más desorden y no llegarás a tiempo para cumplir con tus tareas y objetivos. Y si fallas, seguirás creyendo que eres incapaz de trabajar bajo presión. Y NO es así.
2. Mide con la magnitud adecuada los principales estresores
Seguimos con otra cuestión básica, que te ayudará a determinar qué tareas son más urgentes y qué tareas pueden esperar. Medir la magnitud de los principales estresores (personas, asuntos, problemas) te servirá para gestionar primero aquello que puede desembocar en un incendio grave. Por tanto, trabajando bajo presión conviene mantener fría la mente para el análisis y, por supuesto, para operar con destreza. Será algo así como pasarse la pantalla más dura del videojuego para seguir disfrutando de la partida.
3. Practica simulacros a menudo
¿Qué pasaría si…? Hazte este tipo de preguntas una y mil veces cuando tengas un rato libre. Tómala como una sesión de entrenamiento, que te permitirá practicar con simulacros. Lo único que tienes que hacer es anotar aquellas situaciones que pueden darse en una libreta para, a continuación, poner en marcha la maquinaria con la que resolverás la problemática. Esto te permitirá estar perfectamente entrenado/a para cuando suceda y disponer de todo aquello que necesitas para resolverlo (incluyendo archivos, documentos o desarrollos que debas tener preparados). Así nadie te pillará desprevenido.
4. Aprovecha tus momentos de descanso
Es un derecho y, por supuesto, una obligación. Hay que desconectar del trabajo en cuanto termine la jornada y, no hace falta decirlo, mientras duren las vacaciones. No todo el mundo sabe hacerlo, pero es preciso que busques actividades que te permitan descargar la tensión acumulada y llenen tu espíritu. Puede ser una actividad deportiva, cultural o de ocio. Si encaja contigo y con tus preferencias, adelante. Esto te ayudará a volver enfocarte en el trabajo cuando sea necesario.
5. Visualiza el éxito en los resultados finales
El trabajo saldrá: de eso que no te quepa la menor duda. Sin embargo, para que salga es importante saber trabajar bajo presión y contar con muchos otros conocimientos y habilidades que tú tienes. Pero hay otra cosa que se menciona poco y es igual de importante que las demás: debes confiar en ti mismo/a. Si estás en el lugar que ocupas es porque tú mismo/a crees que puedes sacarlo adelante. Es normal que en momentos de alta presión tu confianza se tambalee, pero verás que con el tiempo y tus éxitos, sabes enfocar cada obstáculo mejor. Visualiza el éxito cuando estés en plena lucha. Llegarás hasta ahí: lo conseguirás.
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