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27 de marzo de 2017
Querido candidato:
¿Sabes que llevamos 20 meses escribiéndonos? En cada uno de los capítulos de nuestra «consolidada relación epistolar», si me permites llamarlo así, he intentado darte consejos lo más prácticos posibles, desde mi experiencia como seleccionadora, que te permitan acertar cada vez más en cómo actuar en un proceso de selección. En este capítulo número 20, que es precisamente el primero de 2016, me gustaría que te quedaras con un número mágico en la cabeza, el número 3, y el efecto que tendrá en tu entrevista el ser capaz de poder contestar a 3 preguntas esenciales antes de enfrentarte al interrogatorio de tu seleccionador.
Existen muchas preguntas previsibles: ¿por qué quieres cambiar de trabajo?, ¿cuáles son tus cualidades y tus defectos? (pregunta que odio y nunca hago, por cierto), ¿por qué ya no trabajas en esa compañía?, ¿qué esperas de un nuevo puesto?… Si buscas por internet o en algunos manuales obtendrás además valiosos consejos para contestarlas.
Sin embargo, las preguntas que yo aquí te planteo van un paso más allá, pues considero que si acudes a la entrevista con las respuestas interiorizadas en tu cabeza, actuarás con mayor seguridad y aumentarás las posibilidades de éxito. Son las siguientes:
1. ¿Cómo me demuestras que tienes talento?
2. ¿Por qué debería contratarte a ti y no a otro candidato?
3. ¿Cuál es tu verdadero interés por nuestra organización?
Fíjate en que la primera cuestiona tus habilidades, la segunda tu valor diferencial (en definitiva, un proceso de selección no deja de ser una competición entre varios candidatos, en el que solo puede quedar uno) y la tercera, tu motivación.
Esto no quiere decir que el entrevistador te exponga estas preguntas exactamente, pero de alguna manera como candidato deberías ser capaz de dar respuesta a estas cuestiones e incluso sacarlas a lo largo de la conversación con el seleccionador. Lo más importante para acertar es no caer en vaguedades, sino llevar respuestas concretas y bien preparadas en relación con la oferta de trabajo.
Me explico. Imagina que te presentas a una entrevista para cocinero. Tú serás el mismo cocinero en todos los restaurantes a los que te presentes, pero no deberías dar las mismas respuestas si te presentas para un restaurante de comida exótica que para un restaurante de menús de comida tradicional. En ningún caso te estoy diciendo que mientas o tergiverses la realidad, simplemente que posiciones tu candidatura y las respuestas a las 3 preguntas anteriores en función de la organización que te podría contratar.
Si te presentas al puesto en el primer tipo de restaurante y tienes poca experiencia en comida exótica, pero te atrae porque has viajado, te has fijado en sabores de otros países y, por supuesto, eres un buen cocinero, podrás darle la vuelta a la situación basando tu talento en la capacidad de innovar a través de la experiencia adquirida en otros tipos de cocina y en tus viajes.
Si simplemente vas a la entrevista pensando «tengo experiencia como cocinero y aporto referencias», esto está muy bien, pero quizás habrá otro candidato que sabrá argumentar mejor su adecuación al puesto en la segunda pregunta y diferenciarse del resto. Por último, quien te entreviste deberá sentir que su restaurante es el sitio donde deseas trabajar (y no cualquier otro), sin albergar duda alguna sobre tu motivación para arriesgarse a contratarte.
Tal como digo siempre a los candidatos “no acudáis nunca a una entrevista sin haberos informado previamente sobre la empresa y su seleccionador”, mi consejo de hoy es: preséntate con las respuestas a las 3 preguntas anteriores en tu cabeza, porque constituyen la esencia de lo que espera oír tu entrevistador. Este previo análisis de tu candidatura, repito, siempre enfocado específicamente a cada organización a la que te presentes, te proporcionará un mayor grado de seguridad y aplomo y, por ende, mayores posibilidades de convencer en esta temida fase del proceso de selección.
Sílvia Forés es Directora de Recursos Humanos de Baker & McKenzie Barcelona y experta en selección de personal. Autora del libro de Plataforma Editorial: «Solo puede quedar uno. Diario de un proceso de selección».
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