Por mucho que la empresa siga unos rigurosos sistemas de prevención, en un puesto de trabajo estás inevitablemente expuesto/a a sufrir alguna dolencia que te impida seguir con tus funciones habituales. Una enfermedad profesional es aquella condición de salud que se desarrolla por ciertos factores relacionados con el entorno laboral.
La inhalación de sustancias tóxicas, el ruido constante o la repetición de tareas físicas son algunos ejemplos que pueden llevarte a una baja laboral. Por eso, hoy hablamos de una de las enfermedades profesionales más comunes: la epicondilitis. ¿Qué es esta patología? ¿A quién le afecta? y lo más importante ¿puedo trabajar con epicondilitis o tengo que coger la baja? Vayamos por pasos.
Qué es la epicondilitis
La epicondilitis, también conocida como codo de tenista, es una patología médica que causa dolor intenso en la parte lateral del codo y que se produce cuando los tendones que conectan los músculos del antebrazo al hueso del codo se inflaman. La causa se suele deber a movimientos continuos y repetitivos de hiperextensión y puede llegar a afectar a todo el brazo, a la mano y a los dedos. En un principio, el dolor solo se produce al realizar la actividad pero posteriormente puede mantenerse hasta en reposo siendo altamente incapacitante para algunas labores.
La epicondilitis como enfermedad profesional
En líneas generales, la epicondilitis está considerada enfermedad profesional en todas aquellas actividades en las que se produzca exposición suficiente y acreditada a posturas forzadas y movimientos repetitivos.
Según datos del “Estudio descriptivo de enfermedades profesionales” realizado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) en 2014 la epicondilitis es desde hace años una de las enfermedades profesionales más habituales (un 22,4% de los casos en el periodo de 2007 a 2012). Tras ella van el síndrome del túnel carpiano, la pérdida auditiva, la dermatitis y el asma, entre otras.
Dada su prevalencia, este mismo instituto lanzó en el año 2022 una serie de directrices para ayudar a los profesionales sanitarios a identificar la epicondilitis y determinar en los casos concretos si se trata de enfermedad profesional. Todo ello se basa en el Real Decreto 1299/2006 por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro.
Así pues, si te duele el codo durante la jornada laboral, será el sanitario que te atienda quien, siguiendo esos criterios, decidirá si tu epicondilitis se trata de una enfermedad profesional o bien procede de otras actividades fuera del horario laboral como deportes o un traumatismo puntual. También, te orientará sobre si puedes trabajar con epicondilitis o procede una incapacidad temporal.
A quién afecta el codo de tenista
La epicondilitis o codo de tenista, según esos mismos informes, puede afectar hasta a un 3% de la población general, pero es mucho más frecuente en personas en activo de una franja de edad entre los 40 y los 50 años. En base a datos que maneja el INSST en un 75%, la epicondilitis afecta al brazo dominante con el que la persona está realizando la actividad laboral (manejo de herramienta varias horas seguidas, empaquetado, tareas de fuerza y cargas pesadas, mantenimiento de los brazos en posición elevada, acciones en serie…) con movimientos repetitivos.
Algunos de los factores de riesgo asociados a que desarrolles esta patología en el trabajo son:
- Estar más de 2 horas diarias de esfuerzo físico con flexoextensión del codo o flexión forzada de muñeca.
- Más de 4 horas de la jornada diaria con gestos de flexoextensión de la muñeca.
- Más de 2 horas diarias de movimientos repetidos de pronación y supinación del antebrazo (como por ejemplo en tareas de girar, atornillar y desatornillar).
- No realizar las pausas suficientes y tener un ritmo de trabajo demasiado elevado.
No obstante, los organismos oficiales descartan las tareas de oficina y de ordenador como causa de esta enfermedad.
Profesiones en las que la epicondilitis es más común
Entonces, aunque ya hemos ido viendo algunos ejemplos, ¿a qué profesiones afecta más la epicondilitis? Dejando de lado que también puede ser causada por actividades de ocio como el tenis o el golf (en el caso de los deportistas también sería una enfermedad profesional), las actividades laborales más comunes en las que se da el codo de tenista son:
- Trabajos con herramientas manuales. Profesiones que requieren un uso constante de herramientas o máquinas manuales ya sean en el ámbito de la mecánica como en otros servicios. Por ejemplo: carniceros, pescaderos, servicios de limpieza, electricistas, leñadores, mecánicos, chapistas o albañiles.
- Artesanos. Profesionales que trabajan continuamente con las manos: joyeros, pintores, carpinteros, ebanistas o costureros.
El tratamiento de la epicondilitis generalmente implica reposo, medicamentos antiinflamatorios y fisioterapia. En algunos casos, si no remite el dolor, se puede llegar hasta la cirugía. Por lo general, el tiempo de recuperación de esta patología es lento.
Trabajar con epicondilitis
Dado que la epicondilitis o codo de tenista acostumbra a ser bastante dolorosa, no puedes trabajar con epicondilitis. Además, el mejor tratamiento es el reposo por lo que no es aconsejable seguir realizando las actividades repetitivas que seguramente requiere tu puesto de trabajo. Por lo tanto, ante este diagnóstico, lo más probable es que el responsable sanitario te acredite la baja temporal.
Incapacidad temporal por epicondilitis
La incapacidad temporal por epicondilitis se aconseja hasta la remisión del dolor, recuperación funcional y exploración negativa. Según el Manual de tiempos óptimos de incapacidad temporal del Instituto Nacional de la Seguridad Social lo recomendado para la epicondilitis son 30 días de incapacidad temporal. No obstante, se añade lo siguiente: “En ocasiones las epicondilitis tanto lateral como medial de carácter profesional debidas a condiciones ergonómicas inadecuadas continuadas en el tiempo suelen tener cambios morfológicos en las pruebas de imagen y suelen tardar más tiempo en recuperar una funcionalidad suficiente para la reincorporación laboral, pudiendo ser necesario un periodo de incapacidad temporal de entre 3 y 6 meses”.
Tras ello, se puede recomendar la cirugía ampliando en un largo tiempo más el proceso de recuperación. En el caso de que todas las propuestas terapéuticas fallen, se procedería a una incapacidad permanente.
Como vemos, las condiciones de los puestos de trabajo y las funciones son determinantes para la calidad de vida de los trabajadores. En el caso del codo de tenista se aconseja a las empresas mejorar las condiciones ergonómicas, la adecuación de las herramientas y los tiempos de descanso para evitar recaídas cuando el empleado/a se reincorpora. También tienen la posibilidad de ofrecerte un cambio de puesto para que no vuelvas a desarrollar esta afección. Por todo ello, es fundamental la evaluación de riesgos previa para evitar al máximo los casos de epicondilitis.
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