ENGIE: construyendo un futuro sostenible con soluciones innovadoras mediante la excelencia técnica y operativa
13 de diciembre de 2017
Ya ha pasado enero, el mes que inicia una nueva etapa tras los gastos que tuviste que afrontar a costa de las navidades. Además, puede que en tu empresa tuvieras la evaluación del desempeño y su consecuente, o no, revisión económica y de categoría dentro del organigrama.
Dicha reunión podrá ser el desencadenante de que empieces tu búsqueda o de que decidas quedarte en tu empresa. Pero antes de pisar el acelerador, te recomiendo que leas estos puntos que pueden ser de utilidad al tomar una decisión.
Explora en tu interior antes de dar el primer paso
¿Cuántos minutos dedicas al día a conocerte? Sé que la pregunta puede chocarte, pero me gustaría que reflexionaras en el tiempo que inviertes en escucharte, saber cómo te sientes y en conocerte mejor. Esta práctica, lo que muchos llaman el autoconocimiento, se pierde debido a la ajetreada vida del día a día. Las exigencias de las empresas, presiones, horarios, el trayecto hasta casa, las tareas del hogar y la cantidad de estímulos que nos alejan de nosotros mismos (desde Whatsapp hasta Netflix) consiguen que podamos ser unos auténticos desconocidos para nosotros.
Si no estás a gusto en tu trabajo actual, lo primero que tienes que averiguar son los motivos que te llevan a sentirte así. Pueden ser externos como un salario bajo, un mal responsable, que la ubicación este muy lejos, etc., pero puede tratarse de algo más interno, por ejemplo, que hubieras tenido una ruptura amorosa o una situación familiar complicada que hace que se arrastre ese estado negativo a otros ámbitos de tu vida laboral.
Para analizar correctamente lo que te ocurre tienes que hacerlo desde un estado emocional neutro. Si lo haces estando muy triste no serás objetivo a la hora de analizar los puntos positivos. Incluso puede pasar algo similar con un estado de ánimo positivo. Imagina que te sientes estancado, pero recibes una gran subida salarial y eso te hace sentir muy feliz. Puede que durante un tiempo no seas capaz de ver, debido a la alegría que sientes, que realmente no era un incremento de salario lo que necesitabas.
Es fundamental que seas crítico e identifiques los aspectos positivos y negativos de tu trabajo actual. Por otro lado, debes indicar aquellos elementos que te gustaría tener en tu empresa (para este ejercicio son muy útiles notas adhesivas de colores). Además, me gustaría que te planteases esta pregunta: ¿qué podrías hacer diferente para conseguir que en tu trabajo se dieran los aspectos que anhelas?
Sabiendo lo que necesitas, es importante que centres tu atención en aquellos puestos y empresas que podrían cubrir tus necesidades. No se trata de inscribirse a todas las ofertas que tengas por delante (a menos que te sientas tan mal que te veas en la obligación de hacerlo). No te limites a las ofertas que veas publicadas y sé más activo en tu búsqueda, por ejemplo, poniéndote en contacto con empresas en las que te gustaría desarrollar tu carrera.
Los «peligros» de cambiar de trabajo
Vivimos en una sociedad que te impulsa a que te muevas y pases de un estado a otro aprovechando cada oportunidad. Algo nuevo no se ve como algo malo, al contrario, es una gran oportunidad para desarrollarse y crecer. Y estoy totalmente de acuerdo, pero antes de lanzarte a una nueva aventura, debes tener en cuenta lo siguiente:
- Un aumento de tu sueldo bruto no significa siempre un aumento de tu neto: ten siempre muy presente las bandas del IRPF ya que pueden jugarte una mala pasada.
- Debes volver a construir de cero tu prestigio en la nueva empresa: cuando llevas tiempo trabajando puedes tener cierto status y reconocimiento debido a tus logros. Sin embargo, empezar de cero significa dejar esos privilegios atrás y tener que volver a conseguir lo que ya hiciste en el pasado.
- Un nuevo periodo de prueba que superar: que seas seleccionado es solo el primer paso, pero tu valía la debes demostrar en tu día a día. Tu adaptación será crucial ya que si te descuidas puedes no superar tu primera fase.
- Cuidado con tus expectativas durante el proceso de selección: muchas empresas venden muy bien sus proyectos, lo que hace que te puedas llevar una imagen mucho más positiva de la realidad. La perfección no existe, por lo que debes explorar bien en la entrevista qué aspectos positivos, y cuáles no, tiene tu posible destino.
- Nuevos jefes, nuevos compañeros: tendrás que construir de cero relaciones con personas que no conoces. Puede que te lo pongan fácil o que te hagan tu adaptación aún más difícil.
Cambiar de trabajo supone un riesgo. Que aciertes o no depende de muchos factores, pero tras haber leído este artículo tendrás más posibilidades de tener un cambio positivo.
Francisco Fernández es Técnico de RRHH y Coach en proceso de formación. En su blog Mejora tu éxito laboral asesora a aquellas personas que están buscando empleo.
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