Hemos entrevistado a diferentes expertos del mercado laboral español en el Informe InfoJobs ESADE. Entre ellos se encuentra Anna Laborda, experta en economía laboral, microeconomía y sostenibilidad. En esta entrevista destaca la necesidad del cambio de modelo productivo para generar empleo: este modelo debe orientarse a actividades que ofrezcan mayor valor añadido.
Tras los recientes cambios en materia laboral y ante la situación económica, ¿cuál es su previsión para la evolución del empleo a medio y largo plazo?
Lo más probable es que el empleo no se recupere a corto y medio plazo. Ni la situación económica (en crecimiento negativo) ni la reforma laboral (más adecuada para facilitar el despido que la contratación) nos permiten imaginarnos una recuperación del empleo. Sólo podría darse, de forma coyuntural, un aumento de la contratación temporal en la temporada veraniega.
¿Cuáles son las tres claves para que se produzca un cambio positivo en la situación del empleo en España?
Realmente no sé si se pueden dar tres claves; desde mi punto de vista es más complejo. La forma en que se estructura el peso de los sectores productivos, combinado con una estructura empresarial con predominancia de mini pymes, hace que España necesite una alta tasa de crecimiento, alrededor del 3%, para crear empleo neto; y normalmente lo crea en actividades de bajo valor añadido, por lo que se destruye con la misma intensidad y velocidad cuando se entra en periodo de recesión. El cambio del sistema productivo, orientándolo hacia actividades de mayor valor añadido, desde mi punto de vista es un paso obligado a seguir, el problema es que no crea empleo a corto plazo, sino a medio y largo, con lo que pocos políticos apuestan por esa vía, ya que se necesitan resultados a corto para poder ganar en las urnas. Un pacto político por el cambio de modelo de crecimiento sería deseable; en cambio vemos que las nuevas actividades en las que se está apostando (Eurovegas, por ejemplo) no parecen seguir ese objetivo de cambio a un crecimiento de mayor calidad.
La movilidad es un tema polémico cuando se trata de cuestiones laborales. ¿Cuál es su perspectiva sobre la disposición a la movilidad de los españoles?
La movilidad no puede entenderse sin otros elementos que la complementen, como un ágil y amplio mercado de viviendas de alquiler dignas y de precio justo; por otro lado, la estructura familiar española no fomenta los cambios de domicilio: la mayor parte de los universitarios españoles, por ejemplo, realizan sus estudios sin tener que abandonar el hogar paterno, a diferencia de lo que ocurre en el país paradigma de la movilidad, los Estados Unidos. La movilidad es un tema cultural, además de económico, y se debe fomentar en la juventud, con los intercambios universitarios, como ahora está ocurriendo.
Los españoles adultos, con trabajo, no tienen una alta disponibilidad a la movilidad de «distancia larga» (cambio de provincia) también debido a temas como la necesidad de encontrar trabajo para la pareja y de cambio de vivienda. Si se está pagando una hipoteca, como la mayoría de nosotros, en un momento de mercado inmobiliario a la baja, la cosa se complica especialmente…
Los jóvenes creo que sí empiezan a tener mayor disponibilidad, especialmente aquellos con estudios universitarios que buscan una salida adecuada a su formación. Mientras más se avance en esta vía, mayor movilidad observaremos a nivel interno. Aunque, y relacionado con la pregunta anterior, si nuestro mercado laboral no da salida a nuestros universitarios cualificados, la movilidad que observaremos será la de la fuga de ese «capital humano» hacia otros países con mayores oportunidades en trabajo cualificado.
En cuanto al desempleo juvenil: ¿Cuál es el problema para que sea tan alto? ¿Cómo se puede afrontar? ¿Existe un problema de sobrecualificación juvenil o de carencia de oportunidades laborales cualificadas?
El desempleo juvenil tiene una doble vertiente:
Por un lado tenemos a los jóvenes que provienen del fracaso escolar. Su empleo es, cuando lo consiguen, frágil, en trabajos de poco valor añadido y con contratación temporal, en cualquiera de sus variantes, en el mejor de los casos. Ese desempleo no tiene solución a corto plazo, como ya he comentado anteriormente. Aumentar la edad en que una persona se considera joven hasta los 30 años, como de forma más o menos implícita sugiere la Reforma Laboral, puede mejorar las tasas de desempleo a corto plazo, pero lo único que se consigue es legitimar, de alguna forma, una situación laboral precaria e inestable hasta una edad que anteriormente se consideraba adulta, con las responsabilidades que conlleva. Para mi forma de entender la realidad, esos jóvenes necesitan que se apliquen políticas activas, con procesos formativos impulsados por los servicios de ocupación que les permita mejorar sus cualificaciones y mejorar, así, su posición en el mercado laboral. Entre los procesos formativos a impulsar, creo que tiene una gran importancia la formación en idiomas.
Por otro lado, tenemos los jóvenes universitarios sobrecualificados para los puestos de trabajo que encuentran. Yo lo veo más como una carencia de oportunidades laborales cualificadas. Estos jóvenes tarde o temprano buscarán trabajo en otros países con mayores oportunidades, como también comenté antes, con lo que, a pesar de la fuga de capital humano, se reduciría la tasa de desempleo juvenil vía su potencial movilidad.
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