Ríos de tinta corren todos los años para hablar sobre los efectos del estrés posvacacional, que se dice que afecta a muchas personas cuando regresan de las vacaciones. Pero, ¿en serio existe? ¿Es una enfermedad que puede derivar en baja? Veamos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) no reconoce el estrés posvacacional como una enfermedad. Habla directamente de un fenómeno psicoemocional que se manifiesta cuando las personas regresan a la rutina, ahora después de las vacaciones de Navidad. Las primeras que hemos podido disfrutar plenamente, después de dos años de intensas restricciones.
Estas Navidades han sido las de los reencuentros familiares presenciales, la de los viajes largos y la de todos aquellos sueños de vacaciones por cumplir que habían sido aplazados tantas veces. Ahora pues, y con la perspectiva de la cuesta de enero sobre la mesa, es lógico y normal que cueste regresar. Salir del recogimiento familiar en Navidad y de los buenos días vividos en compañía de los que más quieres, con tiempo para leer, para disfrutar de la comida, para leer y descansar… cuesta. Cuesta mucho y puede que para algunas personas represente la aparición de síntomas típicos del temido estrés posvacacional.
Veamos todo lo que hay que saber sobre el estrés posvacacional y cómo combatirlo.
Estrés posvacacional tras las vacaciones de Navidad, ¿cuáles son los síntomas?
Levantarse a la hora que a uno/a le apetece, no sumirse en un atasco por pura obligación, pasar por la vida en pausa, salir a cenar hasta tarde con amigos y familiares, no tener que marcharse porque hay que madrugar. Si a esto le añadimos un destino idílico, una ciudad con encanto o un deseado y largo reencuentro familiar, es fácil que nos agarremos a las vacaciones como a un clavo ardiendo. Así pues, el hecho de tener que regresar – hacerlo, aunque solo con imaginarlo baste – puede generar en las personas algunos síntomas como los siguientes: malestar, cansancio, ansiedad, tristeza, ira, dolor de cabeza, insomnio, falta de atención, pérdidas de memoria, dolores musculares… Estos pueden alargarse entre uno y dos días, aunque para muchas personas los síntomas del estrés posvacacional pueden alargarse durante semanas.
El estrés es un proceso básico en la adaptación a situaciones nuevas por parte de los seres humanos. Cuando necesitamos adaptarnos a una nueva realidad, es lógico que se produzcan ciertas reacciones nivel físico y a nivel mental. También es normal que aparezcan alteraciones conductuales. Nuestro cerebro está trabajando para activarnos, acelerar determinadas funciones y dar respuesta a las nuevas demandas vinculadas al regreso de las vacaciones de Navidad.
Por suerte, el hecho de comenzar un año nuevo hace más fácil renovar nuestras ganas. Normalmente, en estos momentos, las empresas tienen encima de la mesa un montón de proyectos nuevos listos para estrenar. ¿Y quién puede resistirse a ello? Si tu profesión te gusta y a pesar de todo disfrutas con ella, déjate emocionar con lo que está por venir. ¡Seguro que así te resulta más fácil el regreso!
El estrés posvacacional: no es un trastorno y hay que aprender a normalizarlo
Para adaptarse lo antes posible a la vuelta a la normalidad tras las vacaciones de Navidad hay que reconocer que pueden producirse este tipo de reacciones y normalizarlas. Muchas de las personas que durante estos días regresarán al trabajo experimentarán este tipo de síntomas y lo más importante: hay que tener claro que PASARÁN.
A todo esto, conviene indicar que un factor clave en la adaptación tras las vacaciones de Navidad es el ambiente laboral. Si este no es el más idóneo, porque los horarios no son favorables, no hay políticas de conciliación, la remuneración es baja o las cargas de trabajo no se distribuyen idóneamente, es muy probable que el estrés posvacacional se vea agravado. ¿Por qué? Pues porque se hará más difícil y estresante regresar a un entorno que no es el más favorable.
¿Podemos evitar el estrés posvacacional?
Hay algo que podemos hacer contra el estrés posvacacional y es prevenirlo. Algunas de las conductas y buenos hábitos que pueden ayudarnos a minimizar el malestar tras la vuelta de las vacaciones de Navidad son los siguientes:
- Regresar un poco antes de la vuelta al trabajo para organizar nuestra incorporación y las nuevas rutinas
- No abandonar los buenos hábitos durante las vacaciones (alimentación, actividad física, sueño), aunque somos conscientes de que esto es mucho pedir en Navidad
- Dormir el tiempo necesario (ocho horas) y evitar el abuso de pantallas
- Recuperar pequeñas rutinas que nos hacen sentir bien (paseo, lectura, familia…)
- Hacer actividades que nutran nuestro espíritu (deporte, teatro, cine, baile…)
- Plantearse mejoras, especialmente si el entorno laboral no es el más idóneo
- Introducir cambios (renovar espacios, hacer nuevas actividades y aprendizajes)
Estos pequeños gestos nos ayudarán a reducir el estrés posvacacional a la vuelta e incluso a prevenirlo. El año nuevo es un momento estupendo para intentarlo. ¡Tienes un estupendo 2023 por delante!
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