Diseñador nacional con proyección internacional nos habla de sus inicios como emprendedor, de su experiencia profesional en Londres y de diseño y emociones. Alma, concepto y responsabilidad se unen en un proyecto 100% personal.
¿Cuándo y por qué decidiste emprender?
Siempre he sido un emprendedor pero tomé conciencia de ello cuando me gradué del Royal College of Art en Londres. Al finalizar mi máster fui a pedir trabajo. Hice 4 entrevistas y todos coincidieron en una cosa: “eres in-empleable”. La primera vez me desmoroné, la segunda sentí que algo no andaba bien, la tercera me di cuenta que debía hacer algo y la cuarta me reí y respondí que ya lo sabía, que no era el primero que me lo decía. Le dije al entrevistador: “En este caso seré yo quien deba dar trabajo, muchas gracias por ayudarme a verlo”. En ese momento me fui directo a Jobseekers, el equivalente al Inem, y estuve 6 meses cobrando el paro en Londres. Fue el momento más desolador y a la vez más motivador que recuerdo. En ese momento tenía tiempo para preparar el plan de empresa, y así empezó…
¿Qué pasos seguiste a partir de ese momento?
Asistí a cursos para preparar el plan de empresa, envié muchos emails y concerté muchas entrevistas con gente. Tenía tiempo pero no dinero. Me comí mi ego y me entregué de pleno al proyecto. Dediqué muchas horas a leer, escribir y delimitar mis ideas. Me centré en escuchar consejos y dejar que quien me ayudara se implicase y fuera honesto. Me sentí muy solo. Acepté toda clase de críticas y refiné quién era, qué quería y por qué hacía lo que hacía. Me centré. A partir de ahí empezó a cristalizar el proyecto y en un año tenía un plan de empresa que circuló por pocas manos. Una de ellas se interesó y decidió compartir el viaje conmigo: a partir de allí hemos ido creciendo juntos en mucho aspectos. La empresa es la excusa para crecer como persona, como individuo.
¿Cuáles son las claves para tener éxito como emprendedor?
Ser flexible, creativo, no perder de vista el porqué iniciaste tu proyecto y, sobretodo, encontrar con quién compartirlo.
¿Qué papel juegan las emociones en un proyecto empresarial?
Muy grande, aunque se trata más bien de combinar intuición, pensamiento, sensaciones y sentimientos, que roten, vibren y sean compartidas entre quienes forman el proyecto. Todo esto debe transmitirlo tu proyecto: será lo que te diferenciará de los demás. Debes estar por delante o, al menos, intentarlo.
¿Qué común denominador tienen tus diseños?
Actuales, presentes, únicos y que transmitan emociones, sensaciones….La calidad también es una máxima en todo lo que hacemos.
¿Cómo producís?
Priorizamos la producción artesanal y local, aunque no nos cerramos a producir en Europa… Trabajamos con empresas o colectivos que tengan como premisas la calidad, el compromiso social y el respeto por el entorno. El taller de Teixidors es un buen ejemplo de ello.
¿Qué papel juega en tu empresa las nuevas tecnologías?
Muy grande. De hecho todo empezó cuando escribía mi tesis de final de máster, sobre el papel que ha jugado la globalización en nuestra manera de movernos, comunicarnos y ver el mundo. El trabajo que realizo siempre va ligado a esta relación, entre lo analógico y lo virtual. Respecto a nuestra web, empezamos con la tienda online hace 2 años, y desde entonces actúa como termómetro para la empresa.
¿Qué diferencias hay entre trabajar en España o en el extranjero?
Muy grande. He vivido los últimos 13 años en Londres y, aunque es un entorno muy difícil y competitivo, allí sientes que te dan oportunidades. No importa si no tienes experiencia, entienden que es algo que se adquiere con tiempo y esfuerzo. En el extranjero tiendes a estar solo, todo depende de ti y de cómo te organices. Aprendes a lidiar con muchos frentes abiertos y esto te fortalece y da sentido a lo que haces. En Londres, por ejemplo, hay mucha rotación de personas, la gente llega y se va, pero si te quedas el tiempo suficiente encuentras individuos motivados y emprendedores. Vivir en el extranjero te obliga a crecer y emprender… De hecho cuando te vas ya empiezas este viaje… ¡Ya estás emprendiendo!
Un diseñador emprendedor, ¿tiene tiempo de diseñar?
Hay diferentes fases pero aún cuando crees no estar diseñando sigues haciéndolo, no paras. Aunque sí es verdad que hay momentos en los que uno dedica mucho tiempo a estructurar y establecer las normas del juego: quién eres, hacia dónde vas, a quién te diriges, etc… En mi caso combino el diseñar para Zuzunaga, para otras empresas y también encuentro tiempo para desarrollar técnicas y métodos de producción y reproducción.
¿Cuál es el socio perfecto?
Aquel que complementa tu actividad. No necesariamente debe tener 100% la experiencia necesaria; así crecéis juntos.
¿Qué le dirías a un diseñador español recién licenciado?
Que lea, escriba y si puede ser viaje, que vea mundo y tenga un proyecto propio, a poder ser un proyecto de vida que no se limite al trabajo por trabajo. ¡Hace falta pasión!
¿Qué le dirías a un diseñador de 45 años que se ha quedado en paro?
Que retroceda, recuerde por qué quiso ser diseñador y que monte su propio estudio. Si no tienes trabajo, da trabajo… También le aconsejaría que hablara con otros diseñadores y creativos; probablemente algo saldrá de los encuentros…
¿Cómo ves el futuro?
Impredecible.
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