Imagina que eres un intrépido aventurero decidido a buscar un preciado tesoro. La recompensa es grande, pero debes prepararte para emprender el viaje. El inicio será difícil e ilusionante a la vez. Encontrarás baches durante la travesía y también corrientes que te acercarán más a tu meta.
Con esta pequeña historia quería reflejar un ejemplo de cómo sería buscar trabajo para aquellos que llevan tiempo sin hacerlo. Aunque no me gusta generalizar, podría dividir a los trabajadores en tres tipos:
– 1r Grupo: Trabajadores que están en búsqueda activa. No están a gusto en su actual empleo y tienen actualizado su perfil en las webs de empleo. Buscan activamente y están abiertos a un cambio de proyecto a corto plazo.
– 2º Grupo: Trabajadores que no están en búsqueda activa pero que sí están abiertos a dar un cambio.Son aquellos que están a gusto en su trabajo pero que estarían abiertos a valorar ofertas. Ven con buenos ojos la llamada de un headhunter. Pueden proponerse un cambio si llega una oferta que les resulte interesante. Sin embargo, no buscan tan activamente como el grupo anterior.
– 3r Grupo: Trabajadores que no están abiertos a dar un cambio.Son los que están muy fidelizados en su proyecto, con condiciones que consideran muy positivas. Lo que les lleva a rechazar casi cualquier propuesta laboral.
Un cambio de departamento,
una época de mucho estrés, la necesidad de tener una mejor retribución y la mala gestión de un superior son algunas de las situaciones que te pueden animar a pasar del segundo grupo al primero. No será una decisión fácil y te sentirás perdido al inicio. Por ello, te indico una serie de consejos que te ayudarán a orientarte durante las primeras semanas de este camino.
¿Para qué quieres cambiar?
Si decides cambiar es para obtener un nuevo beneficio que actualmente no tienes. Es importante que sepas los motivos que te llevan y lo que esperas en el cambio. Con ello podrás focalizar tu búsqueda en los proyectos que cumplirán tus expectativas. Yo te recomiendo que te tomes un tiempo y reflexiones sobre las causas que te han llevado a tomar la decisión de ponerte en búsqueda activa. Además, en todas las entrevistas que hagas te preguntarán sobre las razones de querer incorporarte a un nuevo proyecto.
Los primeros pasos
Los inicios son duros porque hay que
darle una vuelta al currículum. El problema de esta actividad es que no suele ser muy divertida, por lo que mi recomendación es que lo hagas lo antes posible. Tienes una gran cantidad de artículos que te ayudarán a guiarte en los primeros pasos.
Además, te recomiendo que intentes obtener feedback de algún técnico de selección u orientador laboral sobre el currículum. La falta de desconocimiento puede restar muchos puntos en tus primeras candidaturas.
Lo mismo ocurre con las entrevistas, ya que si llevas tiempo sin realizarlas te sentirás incómodo en las primeras que hagas. Esa falta de comodidad se debe a que es un escenario conocido, pero en el que hace mucho tiempo que no has estado. Al final, en la mayoría de entrevistas se repiten las mismas preguntas. Mi recomendación es que hagas un análisis de tu CV y que sepas las respuestas a las siguientes preguntas (pueden aplicarse tanto en experiencias laborales como en formación):
– ¿Por qué comenzaste esta experiencia?
– ¿Qué hiciste o aprendiste durante esta experiencia?
– ¿Qué motivo llevo a que finalizases la experiencia? (esta sólo podría responderse en trabajos o en alguna formación que dejaras de lado)
Por último, dedica al menos 1 hora diaria a buscar trabajo. Te recomiendo que utilices 20 minutos en el camino al trabajo para comprobar las nuevas ofertas, 5 minutos durante el descanso en la comida y al menos 20 minutos cuando llegues a casa. Intenta convertirlo en parte de tu rutina aunque te encuentres cansado. Tómate el sábado como descanso y emplea 20 minutos a última hora del domingo.
Los grandes errores
No busques desde el ordenador del trabajo ni desde la oficina. Estás exponiéndote no solo a jefes, sino al resto de compañeros que pueden conocer que quieres valorar un cambio. Otro aspecto importante es no desmotivarse ante los primeros “no”, ya que la ilusión de cambiar puede ir desapareciendo a medida que recibas las primeras negativas. Hay que seguir persistiendo e intentando. Por último, y aunque sea difícil, intenta que tu rendimiento en tu trabajo no disminuya, ya que no sabes el tiempo que tardarás en encontrar un nuevo proyecto ni si las cosas cambiarán y finalmente optes por quedarte en tu actual empresa.
Todo cambio supone un riesgo
Estar trabajando facilitará que puedas incorporarte a un nuevo proyecto. Por ello, estás tomando riesgos a la hora de dar un giro en tu trayectoria profesional. Ten cuidado con las entrevistas, ya que lamentablemente no dejan de ser conversaciones y declaraciones de buenas intenciones. Intenta resolver todas las dudas que tengas para no dar un paso hacia atrás en tu trayectoria profesional. Cuanto mayor sea el grado de información, tendrás más seguridad a la hora de dar el paso. Es importante pedir opinión a compañeros que trabajasen en la que puede ser tu nueva empresa, pero no olvides la subjetividad de cada respuesta. En todo trabajo habrá personas que estén muy contentas y otras que no lo estén tanto.
Por último, cierra muy bien tu despedida en tu actual empresa. Agradece la oportunidad y trata de dejar las puertas abiertas ante un futuro. El mundo laboral es un pañuelo y nunca sabes si volverás a trabajar en el sitio del que acabas de despedirte.