¿Por qué Murcia es la Ciudad Tecnológica de Moda en España?
27 de marzo de 2017
En septiembre de 2015 hizo 2 años de una de las decisiones más serias de mi vida. Me lancé a hacer realidad mi idea de negocio. Trabajar según mi visión del sector y con una misión y valores alineados con mis creencias. Fue toda una aventura.
En 2013 me vi en la cola del INEM. Me sentí pletórica y excitada ante la oportunidad de poder llevar a la práctica todas aquellas cosas que siempre quise que tuviera mi lugar de trabajo. Pero no fue un camino de rosas. Aquí te dejo un recopilatorio sobre los errores y aciertos más importantes que tuve. Los considero claves para asegurarte de que llegarás a buen puerto.
1. Léelo todo y ante la duda ve a la fuente
El primer golpe que recibí fue brutal. Resultó que dos años antes yo había subvencionado mis recibos de autónomos con parte de mi prestación por desempleo. Cuando posteriormente fui a informarme sobre cómo capitalizar el paro, la persona que me atendió me preguntó si había estado antes de autónoma. Se lo expliqué todo, que había pasado un año largo desde la última vez que fui autónoma, en qué fechas fue y cómo había subvencionado mis cuotas con el paro. Bien. O no me escuchó, o me expliqué fatal. Me dijo que no había problema y me dio los papeles. Al final me llegó denegada la solicitud, cuando ya me había dado de baja del paro y dado de alta en Hacienda y la Seguridad Social como autónoma. Resultado: financiación cero.
Consecuencia: retraso de 4 meses para poner en marcha mi proyecto personal. Moraleja: vete a la fuente siempre (reglamento, orden, ley…) y lee siempre todos los formularios, de arriba abajo (en los papeles que me dio estaba explicado así, en letra más pequeña, pero estaba escrito) y vuelve todas las veces que sea necesario.
2. Emprender no es lo mismo que auto emplearse
Estuve en un curso de emprendimiento de aquellos que hacían las Cámaras de Comercio. Me esforcé mucho en conseguir la plaza. El chasco que me llevé al ver que lo que yo quería hacer no encajaba con lo que ellos me decían que debía hacer fue grande. Pero ellos eran los expertos. Tenían sus empresas. Sabían más que yo. El primer año hice todo lo que me dijeron y fue un desastre. Me di cuenta de qué era lo que no funcionaba.
Emprender equivale a montar una empresa en la que, con el tiempo, podrás dejar de trabajar (o dedicarte a otro tipo de responsabilidades dentro de tu empresa) porque serán otros los que harán lo que tú haces. Cuando te auto empleas eres tú y sólo tú el que trabaja. Como mucho, dependiendo del tamaño del proyecto, podrás aliarte con otros colegas. Eres un Freelance. Lo que sirve para ti, no sirve para una empresa. Así que analiza muy bien tu idea de negocio y actúa en consecuencia.
3. Adáptate o muere
Si lo que haces no funciona, busca alternativas. Cambia el enfoque. Cuando me di cuenta de que mi idea era autoempleo y no montar una empresa, tomé medidas. El plan de marketing lo cambié de arriba abajo. Mis necesidades financieras se transformaron en otras. La forma de comercializar mis servicios se transformó por completo. De hecho, rediseñé todo lo que ofrecía.
Quizás auto emplearse sea parecido a viajar en plan mochilero, mientras que montar una empresa sea más parecido a viajar con un tour operador. Cambiar sobre la marcha es más sencillo cuando te auto empleas: tienes menos estructura y más flexibilidad, lo que se traduce en una mayor capacidad de respuesta.
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4. Rodéate de gente que te apoye y haya pasado por lo mismo
Este consejo es vital. En mi entorno sólo mi pareja me apoyaba (y apoya) al 100%. Donde vivo había por entonces como un 30% de paro. Durante todo este tiempo he seguido apuntándome a ofertas de empleo de mi sector, pero no he recibido ni una sola llamada. Sin embargo, la gente que tenía una empresa y me conocía, me apoyaba presentándome a sus contactos y dándome como referencia a la hora de cubrir las necesidades de sus conocidos. Ellos creían en mí y me ayudaron.
Varios de los proyectos en los que he trabajado estos años me han llegado a través de sus contactos. Además (y esta la considero la más importante) el saber que no estás loco ayuda mucho a no tirar la toalla.
5. Socializa dentro y fuera de las redes sociales
Que sí, que necesitas un lugar en internet donde mostrar lo que haces y cómo lo haces. Pero desvirtualiza siempre que sea posible. Contacta físicamente. Vete a networkings, afterworks, participa, sonríe, ríete, haz reír, opina, ayuda, colabora, etc. Si quieres que la gente te llame, tienen que pensar en ti. Y mantén el contacto posterior. Por redes sociales, mediante tu newsletter, para tomar un café… Cuando surja su necesidad tienen que poder acordarse de ti prácticamente sin pensar.
6. Nunca pidas ni ofrezcas nada gratis
Cuando empiezas no hay dinero para todo lo que necesitas. Aquello que puedas hacer tú mismo hazlo. Pero cuando se trate de algo que se escapa de tus manos, trata de llegar a algún acuerdo con un profesional. Ofrece tus servicios a cambio de aquello que necesites, pero no pidas nada gratis. El trabajo de los demás (como el tuyo) tiene un precio. Negocia en función de tus opciones. El trueque entre profesionales no es algo extraño.
No ofrezcas nada gratis. Si quieres, vende un servicio completo de 6 meses y regalas un mes. O a un pack de servicios colócale algo gratis. Pero no des sólo algo gratis para que te prueben. Así sólo atraerás clientes zombis: el que llega en busca de algo y nunca más vuelve. Si asocias el «freebie» a un servicio, el cliente que te contacte será el que tiene una necesidad y tu oferta será más atractiva que la de la competencia gracias a ese plus.
7. Ten siempre preparado un plan B
En medio del proceso de reconducción de mi idea de autoempleo me quedé embarazada. Pero no «me quedé embarazada, qué bonito, qué ilusión…». No. Me pasé los tres primeros meses echa una piltrafa, y el resto con anemia, sueño, cansancio y tratando de controlar mis emociones a causa de la montaña rusa de hormonas que tenía en sangre. El plan de marketing no pude ejecutarlo a pies juntillas. Tuve que sacarme un improvisado plan B de la manga. Examiné qué acciones eran absolutamente necesarias y cuáles podían esperar. A pesar de que no podía estar al 100% seguí asistiendo a reuniones, charlas, networkings, afterworks, repartiendo tarjetas, yendo de acá para allá y cerrando proyectos para después de mi baja maternal. Un éxito.
8. Relaciónate con gente de tu sector
Te sorprenderá la cantidad de proyectos que a veces la gente deja escapar porque no conoce a alguien que cubra una parte que ellos no controlan. Otras, no tienen a nadie de confianza a quien pasarle el trabajo que ellos no pueden abarcar. Facebook está lleno de estos grupos. En LinkedIn también los encontrarás. En Google+ no he encontrado ninguno al estilo de los que uso, pero no descartaría que los hubiera. En Twitter puedes programarte búsquedas con las palabras clave que creas conveniente (guardándolas en búsquedas avanzadas de Twitter o usando otras herramientas como Hootsuite).
9. Espacio de coworking
En cuanto puedas, deja de trabajar desde casa, en pijama y zapatillas. Busca un centro de coworking que encaje contigo. Ojo. Sólo porque te alquilen una mesa y esté decorado con muebles de Ikea no significa que sea un espacio de coworking. Para que sea coworking debe existir la posibilidad de colaborar con otros compañeros del espacio en proyectos conjuntos. No significa que sí o sí vayas a colaborar con ellos desde el minuto cero. En un centro de coworking cada uno va a lo suyo. Pero sí que es verdad que cuando surja la oportunidad agradecerás no tener que estar conectando por Skype o cruzando la ciudad para sacar adelante el trabajo.
10. Fíjate objetivos y revísalos
Vital. Debes fijarte objetivos a largo y medio plazo. Objetivos que puedas medir. Cada cierto tiempo (3 o 4 meses) aíslate del mundo y pasa un par de días analizando si vas por buen camino. Si no es así, trata de averiguar por qué y haz nuevos planes. Es la única forma de avanzar.
Esto es lo que he aprendido en estos 2 años de mi «periplo freelance». Auto emplearme me ha permitido gestionar mi tiempo en función de mis necesidades y las de mi familia. Además me ha dado la oportunidad de poner mi experiencia profesional y mis conocimientos al servicio de otras empresas. Trabajo respetando mis principios y cumpliendo, poco a poco, mis sueños.
Es un camino que recomiendo seguir o, al menos, probar. Eso sí, necesitas mucha autodisciplina, total autocompromiso y desarrollar cierto «callo» para enfrentarte a las adversidades (que te aseguro que serán muchas, pero los éxitos compensan todo).
Yo no me arrepiento.
Mapi Báez es Community Manager y Consultora de Social Media especializada en micro PYMES y autónomos
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