Sopra Steria: elevando el talento femenino en el sector IT
26 de marzo de 2017
Acabas de concluir tu formación profesional o tu carrera universitaria. Ha llegado el momento de ponerte a redactar tu CV. Tienes claras todas las claves para hacerlo de manera efectiva y diferenciarte del resto de candidatos; sabes que el objetivo de tu CV es que te convoquen a una entrevista personal en la que podrás cautivar y persuadir a la empresa en la que han ofertado un puesto de trabajo atractivo para ti, pero ¿cómo se van a fijar en ti si no tienes experiencia?
Éste es un escollo al que todos, alguna vez, nos hemos tenido que enfrentar. Nadie nace con experiencia (en nada). Por ello es muy importante que durante nuestra etapa de estudiantes hagamos todo lo posible por ir adquiriendo esa experiencia que nos permita contar con una base mínima y suficiente para mostrar en nuestro CV y, lo que es mucho más importante, fortalecer nuestro perfil y mejorar nuestras capacidades y habilidades profesionales.
Tener experiencia no es haber tenido un contrato laboral. Por este motivo, en el apartado de experiencia, has de incluir aquello que hayas hecho y tenga relación directa con el puesto ofertado: prácticas académicas o de cursos, becas, voluntariado, proyectos propios que hayas ejecutado para ti o para terceros (diseños, páginas webs, conferencias, publicaciones, etc.), incluso si has echado una mano en negocios familiares.
Además, no hace falta que des explicaciones en tu CV de las condiciones en las que estabas, simplemente indícalo como experiencia y si es necesario ya entrarás en detalles durante la entrevista. Con todo esto, no estamos mintiendo a nadie. Olvídate de ello. Pero si te sientes más a gusto, en vez de titular el apartado «experiencia laboral», puedes llamarlo «experiencia» a secas.
Imagínate que llevas dos años como tesorero de una asociación cultural, ¿no crees que esto te está reportando una buena experiencia como gestor o contable? ¿Impartes clases particulares a tus vecinos? Si no lo incluyes en tu CV estarás desaprovechando un importante recurso.
En tu CV has de incluir aquello que hayas hecho y tenga relación directa con el puesto ofertado Click to tweet
Una vez tengas detectada aquella experiencia que quieras incorporar a tu CV, llega el momento de presentarla. Para empezar, no es necesario que pongas intervalos de tiempo exactos (día/mes/año). Es suficiente con que indiques el año en el que lo realizaste. A continuación, adapta tu experiencia al puesto ofertado. Se trata de dar con el nexo en el que confluyen ambos elementos. Imagina que tus padres tienen un bar y les echas una mano en la gestión y como camarero. Estas tareas tienen relación con materias trasversales como atención al cliente, ventas, proveedores, contabilidad, etc. Hoy en día, la versatilidad y la diversidad de funciones en el trabajo es una realidad, de modo que hemos de aprovecharnos de ello de cara a amoldar nuestro CV al puesto al que queremos acceder.
En base al ejemplo anterior, veamos un supuesto. Hemos estudiado un módulo de formación profesional de ciclo superior en marketing y ventas y vamos a presentar nuestra candidatura a un puesto de técnico comercial para una empresa de comercialización de frutas tropicales. Una buena forma de presentar nuestra experiencia sería:
2014-2015: Bar-Cafetería El Estanque. Sevilla.
– Atención al cliente
– Marketing
– Gestión de proveedores
Simplemente hay que echarle un poco de imaginación. De algo que pensábamos que no nos serviría, hemos aportado valor a nuestro CV con capacidades y con una experiencia que sí que tenemos.
Por otro lado, puesto que nuestra experiencia es limitada, también es necesario que prestes atención al apartado de capacidades y habilidades. Si ya de por sí es importante, en este caso más. Es conveniente, además, que justifiques, en la medida de lo posible, esas capacidades y habilidades. He aquí algunos ejemplos.
– Idiomas:
• Inglés (C1): Estancias de verano en Wisconsin (USA).
• Francés (B2): Erasmus en Burdeos.
– Atención al público: Atención telefónica en negocio familiar.
– Trabajo en equipo: Voluntariado en el Banco de Alimentos de Gijón.
– Nuevas Tecnologías: Colaboración con artículos de apps móviles en la revista TIC News.
– Creatividad: Primer premio de Fotografía 2015 Madrid Photo Sky.
Has de buscar en tu trayectoria y poner en valor todo aquello que hayas hecho. Y, en todo caso, has de esforzarte por adquirir experiencia. Mientras estás en proceso de búsqueda de empleo realiza cursos que tengan prácticas en empresas, participa de voluntariados, colabora con alguna entidad relacionada con tu ámbito profesional, etc. Con ello, además de adquirir experiencia, estarás nutriendo tu agenda de contactos, algo también fundamental para encontrar trabajo.
David Sánchez Sáez es licenciado en Geografía y trabaja en el ámbito del empleo, la formación y la investigación. Es autor de El libro de ruta del emprendedor.
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