Consejos para buscar empleo y no desesperar

Generalmente los artículos con consejos para encontrar empleo van orientados a perfiles medio-altos, titulados universitarios o ingenieros que participan en procesos de selección extensos organizados por departamentos de RRHH con varias fases, test, etc., pero no suelen adaptarse a perfiles menos top, que no por ello son menos importantes.

Estos consejos, que están fenomenal para el target que he comentado en el párrafo anterior, no son del todo aplicables a personas de formación baja (pero con mucha experiencia en oficios o sectores en riesgo de exclusión) y que en su día no tuvieron problemas para encontrar trabajo. O incluso jóvenes que no han estudiado una carrera universitaria y tienen que ponerse a trabajar sin apenas tener formación.

No es habitual que un camarero, peluquero, dependiente de tienda de barrio o mecánico, por poner unos ejemplos, suba su perfil en páginas como LinkedIn… y tampoco es habitual que los empleadores o headhunters los vayan a buscar ahí.

Además, aún hay un hueco importante en el campo tecnológico y este tipo de perfiles no se acaban de familiarizar con las redes sociales para buscar trabajo. Tampoco están familiarizados con conceptos como inteligencia emocional o mindfulness, aunque inconscientemente lo apliquen, pero sin saber que se denominan por estas palabras extrañas.

Para este tipo de perfiles, las pautas en orientación laboral tienen que simplificarse y optimizarse para encontrar empleo lo más pronto posible. No es habitual que para trabajar en una cafetería te hagan hacer una dinámica de grupo… como mucho habrá una prueba práctica, por lo tanto, ¿para qué gastar tiempo en esto?

Una serie de pautas básicas (y espero que eficaces) podrían ser las siguientes:

Lo sé, es otra palabra extraña, pero vamos a simplificar este concepto. Se basa en conocerte a ti mismo y a lo que te rodea. Lo que te rodea es ajeno a ti y generalmente no puedes hacer nada o poco para cambiarlo, pero es bueno conocerlo para saber cómo actuar y qué oportunidades puedes encontrar. Por otro lado, sí puedes actuar sobre ti mismo: ¿en qué eres bueno?, ¿en qué debes mejorar? No es más que eso.

Y merece la pena dedicar un momento a analizar estos puntos, ya que son una base muy potente para redactar un buen currículum, preparar la entrevista y ver a qué lugares puedes ir a buscar empleo.

Por supuesto en el CV has de saber «vender» estas fortalezas (si no se te ocurren pregunta a amigos, excompañeros, etc.). Todos tenemos algo que se nos da bien hacer. En caso de tener poca experiencia o formación, estas fortalezas pueden ser muy útiles para completar tu CV y hacerlo más atractivo.

Las debilidades tampoco deben menospreciarse porque son tu punto a mejorar y es importante detectarlas para que puedas defenderte de cara a una futura entrevista de trabajo. El autoconocimiento es fundamental para reaccionar y saber argumentar preguntas complicadas.

¿Qué sabes hacer?, ¿en qué tienes experiencia? Ten claro a qué tipo de trabajos quieres enviar el cv… no vale el «a cualquier sitio» porque si no tienes ni la experiencia ni la formación requeridas para el puesto concreto no te van a llamar y hará que pierdas el tiempo y la energía. Céntrate en empresas que ofrezcan o puedan llegar a ofrecerte el trabajo que quieres.

En caso de que decidas cambiar de sector y no seguir en el que tienes experiencia:

En Ayuntamientos, ONGs, Cámaras de Comercio, etc. suelen haber cursos gratuitos (o a precio reducido) para desempleados, para que puedas adquirir formación para desempeñar un oficio diferente.

Es fácil decirlo, pero complicado llevarlo a cabo. En el mundo laboral los rechazos no suelen ser por un tema personal o porque «no tuve feeling con el entrevistador». Hay personas conocidas que, antes de triunfar, fueron rechazadas en muchos empleos. Y triunfaron porque no se rindieron. Simplemente, ¡trata de mejorar aquello en lo que flojees y nunca te lo tomes como algo personal!

Decía Víctor Küppers – profesor, conferenciante y formador – que «nadie contrata a un trabajador triste», y como dije antes, es fácil decirlo, pero difícil hacerlo. Piensa que es mucho más difícil que te contraten si llevas una actitud negativa o pesimista. ¿Prefieres trabajar con una persona que está todo el día quejándose y de mal humor o con alguien que te habla amablemente y te sonríe? Los empleadores no quieren más problemas, sino soluciones.

La motivación y la actitud pueden marcar la diferencia entre dos candidatos similares o incluso con un mejor cv que tú.

Es fundamental el boca a boca: cuenta a amigos, conocidos, ex compañeros, etc. que estás buscando trabajo porque pueden saber de ofertas que no se publican en ningún sitio. Haz un estudio de los polígonos de tu zona, áreas industriales o comerciales en las que puedas trabajar y contacta con ellos para ofrecer tu candidatura.

Si usas alguna red social, aunque no seas muy experto, aprovéchalo también, pero ojo con lo que públicas: no todo el mundo acepta o entiende lo que puedas pensar o hacer en determinados momentos. Crea un perfil profesional para buscar trabajo y usa el tuyo personal para amigos y familia.

Como comenté antes, visita centros de empleo locales, ONGs, Cámaras de Comercio, Confederaciones de empresarios o centros cívicos que pueden tener servicios de orientación laboral (o autoempleo, si quieres montar tu propio negocio). ¡Ah! y tampoco te olvides de las bolsas de trabajo.

Buscar empleo requiere paciencia y constancia. Probablemente no te ofrezcan empleo en la primera visita, ya que te acaban de conocer, pero es una forma que sepan que estás ahí por lo que pueda surgir. ¡Nunca te rindas y buena suerte!