Puede que hayas crecido con la idea de que, algún día, llegarías a lo más alto. Y puede también que ese momento aún no haya llegado y, por más que le des vueltas, no consigas entender por qué. Puede que estés a punto de conformarte… ¡pero aquí estamos para convencerte de que no lo hagas! No desistas porque, si algo hemos aprendido a lo largo de los años, es que el éxito profesional puede llegar en cualquier momento de tu vida.
4 historias motivadoras de éxito profesional
¿Te suena el nombre de Arianna Huffington? Quizás pienses en ella como la co-fundadora del diario Huffington Post, o quizás como escritora o columnista… Pero, antes de que convertirse en sinónimo de éxito, su segunda novela fue rechazada por 36 editores e ¡incluso los primeros años del famoso periódico neoyorquino fueron tormentosos! Muchos criticaron su calidad y el potencial de la publicación, pero la constancia y la motivación de Arianna la encaminaron hacia lo que es hoy.
También Jan Koum tuvo un comienzo complicado: una infancia marcada por la pobreza a la que consiguió sobreponerse para estudiar programación. Posteriormente, fue rechazado como candidato para trabajar en grandes empresas como Twitter o Facebook. Seguro que él también se sintió frustrado pero… ¡las vueltas que da la vida! Quien, en su día, no tuvo en cuenta su talento, más tarde acabó comprando una aplicación móvil creada por él y que revolucionó la forma en que nos comunicamos: WhatsApp.
¿Te imaginas cómo te sentaría que te despidieran de un periódico por falta de ideas y originalidad? Walt Disney es otra historia del éxito profesional que demuestra que las opiniones de los demás son solo eso: su punto de vista. Y, es más, no solo tuvo que enfrentarse a ese varapalo, también tuvo que sobrevivir a la bancarrota de su primer estudio y empezar de cero en Hollywood donde, tras mucho trabajo y motivación, logró convertirse en el genio que hoy recordamos.
Y, ¿sabrías decir cuántos intentos fallidos hizo Thomas Alva Edison antes de dar con sus mayores inventos? Bueno… en el caso de la bombilla, ¡fueron miles! Pero su forma de entender el “fracaso” resume a la perfección el mensaje que queremos que te lleves hoy de este artículo de motivación: ¿Fracasos? No sé de qué me hablas. En cada descubrimiento me enteré de un motivo por el cual una bombilla no funcionaba. Ahora ya sé mil maneras de no hacer una bombilla. ¡Eso sí que es la verdadera búsqueda de excelencia!
Así que esperamos haberte convencido para seguir siendo mejor cada día, para dar lo mejor de ti y para seguir apostando por aprender y trabajar duro porque el éxito profesional, como la inspiración, ¡es mejor que te pille trabajando!
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