ENGIE: construyendo un futuro sostenible con soluciones innovadoras mediante la excelencia técnica y operativa
8 de mayo de 2017
Querido candidato:
Te felicito porque eres la persona más joven que hasta ahora me había escrito.
Estás en tus primeros años de carrera, pero te preocupa tu futuro profesional, por lo que estoy de acuerdo contigo en que cuanto más pronto empieces a familiarizarte con los procedimientos que rigen los procesos de selección y búsqueda de empleo mejor, pues partirás con ventaja en el momento de la verdad, cuando debas mandar los primeros CV y esperar a que te llamen.
En la época en que yo estudiaba nadie te enseñaba a enfrentarte a esa situación. Salías de la carrera cargado de ilusiones, pero sin haber entendido que el mundo real requiere de muchas más habilidades que las puramente técnicas, adquiridas durante la carrera, para poder conseguir un trabajo. Por suerte, las universidades y ciertas escuelas han empezado a incluir talleres sobre cómo realizar un CV o prepararse para una entrevista profesional. Pero, ¿es suficiente?
Déjame que te dé unos breves consejos sobre cómo abrirte camino en esta jungla a la que elegantemente llamamos mercado laboral:
1. Juega con tu mejor baza: la ilusión
Te podrán decir cosas tipo «no tienes suficiente experiencia» (y pensarás: pues claro, por eso necesito empezar a trabajar), que por tu juventud «no estás suficientemente preparado» o que buscan «a alguien con mayor madurez», pero nunca te podrán robar la ilusión que tú mismo puedas transmitir ante un puesto de trabajo.
He conocido empresarios que buscaban un tipo de candidato más experimentado, pero han acabado contratando a un joven más inexperto por haberse quedado prendados de su motivación y ganas.
2. Intenta hacer prácticas
Realízalas, aunque no sean remuneradas, pues es un modo excelente de adquirir experiencia y habilidades, y en muchas ocasiones es la autopista de entrada hacia un puesto en la misma organización.
Las prácticas en una empresa, aunque no sean remuneradas, son muy útiles para adquirir experiencia Click to tweet
3. Analiza en qué eres bueno, cuál es tu valor
Aunque nunca hayas trabajado habrás adquirido unas habilidades gracias a tus aficiones y actividades extraescolares, por ejemplo, habilidades para la comunicación si participas en un grupo de teatro; trabajo en equipo si practicas un deporte en grupo; vocación de servicio si has participado en actividades de voluntariado, etc.
Piensa y analiza qué has hecho durante tu vida, qué habilidades has podido desarrollar y, lo más importante, cuando mandes tu CV para un puesto, debes ser capaz de ponerlas de manifiesto para que la empresa pueda ver en ti un candidato que, aunque no tenga experiencia, tiene el potencial suficiente para tener éxito en el puesto, pues sus habilidades son justo las que se necesitan.
No es fácil, lo sé, pero si te conoces bien a ti mismo y estudias bien la oferta, puedes encontrar ese punto de conexión entre lo que puedes ofrecer tú y lo que necesita la empresa que te permita paliar tu falta de experiencia.
4. Rompe falsos mitos que pesan como una losa sobre la juventud
Mitos como que sois rebeldes, que queréis trabajar menos horas para disfrutar de vuestro tiempo libre, que no os concentráis al estar todo el día pendientes de las nuevas tecnologías, que retáis las normas, que no tenéis espíritu de sacrificio, que sois caprichosos e inestables, etc. Da la vuelta a estas ideas injustas y en ocasiones preconcebidas, demostrando a la persona que te entrevistará que lo darás todo.
Los primeros años de carrera profesional, por regla general, estarán mal pagados e implicarán largas horas de trabajo. La gran mayoría empezamos así y es lo que se espera de quien se inicia en el mundo profesional. Eso no quiere decir que debas aguantar situaciones abusivas, pero creo que es clave hacerle ver a la persona que te entrevista que tienes este espíritu de sacrificio y compromiso con esa empresa.
5. Esfuérzate en conseguir buenas notas
Ten en cuenta, finalmente, que en algunos puestos de trabajo la media del expediente académico puede significar quedarte fuera o entrar por la puerta grande en una organización.
Mi consejo es que te esfuerces por obtener las mejores notas y que lo pongas de manifiesto cuando mandes tu candidatura. Ser un buen estudiante no es garantía de éxito en un puesto de trabajo, pero, sin duda, demuestra el esfuerzo realizado. Recuerda que un expediente académico brillante se valora especialmente y abre muchas puertas.
Te quedan todavía unos cuantos años de estudios durante los cuales podrás ir trabajando tu candidatura, pero espero que estos consejos te hayan ayudado para focalizar tus esfuerzos y conseguir tus objetivos. Rubén Darío escribía “Juventud, divino tesoro” y yo no puedo estar más de acuerdo.
Sílvia Forés es Directora de Recursos Humanos de Baker & McKenzie Barcelona y experta en selección de personal. Autora del libro de Plataforma Editorial: «Solo puede quedar uno. Diario de un proceso de selección».
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