Si echamos mano del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) para consultar que significa habilidad, nos encontraremos con que esta es una palabra que procede etimológicamente del latín habilĭtas, -ātis ‘aptitud, idoneidad’ y puede significar lo siguiente:
- 1. f. Capacidad y disposición para algo.
- 2. f. Gracia y destreza en ejecutar algo que sirve de adorno a la persona, como bailar, montar a caballo, etc.
- 3. f. Cada una de las cosas que una persona ejecuta con gracia y destreza.
- 4. f. Enredo dispuesto con ingenio, disimulo y maña.
Cuando hablamos de habilidades, un infinito abanico de opciones se abre ante nosotros. Porque más allá de nuestros conocimientos técnicos vinculados a una carrera profesional, las habilidades son aquello que nos dispone y predispone para hacer algo y a hacerlo bien. Las habilidades, además, se distinguen por las manidas:
- Hard Skills: aquellas que hemos aprendido a través de la educación o la práctica.
- Soft Skills: complementan las primeras y son las que se obtienen con la experiencia diaria.
Los expertos coinciden en que estas habilidades son tremendamente útiles para desarrollarse con éxito en un puesto de trabajo. De ahí que últimamente sean examinadas con lupa en los procesos de selección. Así, un buen candidato, además de conocimientos acerca de su profesión y/o negocio, debe contar con habilidades vinculadas a la resolución de problemas, la cooperación o el trabajo en equipo.
¿Se pueden entrenar estas habilidades?
La respuesta es un rotundo sí. Al igual que las primeras (hard skills) se pueden aprender, existen infinidad de oportunidades (naturales o buscadas) para entrenar aquellas habilidades blandas o soft skills que las empresas buscan en sus candidatos. Pero, ¿sabes cuáles son y de qué manera las puedes trabajar para que afloren en ti?
Un estudio de InfoJobs confirma que las habilidades más demandadas por las empresas hoy son 10. Comprueba cuáles son y qué puedes hacer para mejorarlas. Verás que este es un entrenamiento personal y relativamente sencillo, que puedes ejercitar en tu día a día fácilmente. ¿Te interesa? ¡Pues vamos allá!
1. Trabajar en equipo
Trabajar en equipo es una tarea perfecta para desarrollar múltiples habilidades más. Lo primero que debes hacer para empezar es eliminar tus eternas reticencias a trabajar en equipo. No son más que un obstáculo para conseguirlo.
Intenta desarrollar el hábito de trabajar en equipo a menudo, en cualquiera de los ámbitos en los que te encuentres: en la clase de inglés, en el centro deportivo o incluso en familia. Abrir tu predisposición te ayudará a empezar con el entrenamiento. Y saldrá.
2. Proactividad
Si te has propuesto mejorar tu proactividad es que dentro de ti hay una persona proactiva. Muchas veces no nos atrevemos a ser proactivos porque pensamos que estamos fuera de lugar o que nuestras opiniones no serán escuchadas. Pero esa es una opinión fundada. Empieza a levantar la mano cada vez que creas que tienes algo importante que aportar. Verás que es el principio de una satisfactoria carrera hacia la proactividad.
3. Resolver conflictos
Los conflictos están presentes en nuestra vida. Forman parte de nuestra cotidianidad y estarán ahí siempre, poniéndonos a prueba. Hay muchas maneras de resolver conflictos: a veces de manera impulsiva, otras dejando que se mueran por agotamiento. Sin embargo, en el ámbito de la empresa son necesarias personas capaces de resolver problemas de manera racional y sistemática, con la imprescindible toma de decisiones e implementación de soluciones.
Empieza a trabajar la resolución de conflictos de una manera práctica, abordando el análisis, sopesando pros y contras para proponer una solución certera y útil. Ver que esta práctica funciona nos servirá para seguir desarrollando esta habilidad.
4. Orientación a resultados
No es fácil aprender a trabajar orientado a resultados, sobre todo si es una habilidad en la que cojeamos. Además de tener claros los objetivos, entrenar esta habilidad requiere mucho esfuerzo y trabajo diario. Hay que conseguir la persistencia a través del hábito y esta es una tarea que debemos realizar todos los días, enfocando no solo nuestro desempeño, sino el de las personas que trabajan con nosotros. Si lo conseguimos, quizá logremos ser el motor de la máquina. Ese es uno de los mayores logros y seguramente seas reconocido por ello.
5. Adaptación al cambio
En el último año casi todos hemos hecho un máster sobre cómo adaptarnos a situaciones inciertas o cambiantes. La pandemia ha sido un intenso entrenamiento. Pero la vida sigue y habrá más cambios a los que hacer frente. Una buena manera de entrenarse para el futuro es siendo previsor y observador, con el objetivo de adelantarse a los cambios. Aquí es imprescindible la formación y la flexibilidad para surfear las olas que vengan y mantener la estabilidad al máximo.
6. Tolerancia a la presión
Aprender a trabajar bajo presión es algo que muchas personas tienen integrado como si de una habilidad innata se tratara. Aun así, no podemos decir que exista ninguna habilidad que nazca con nosotros.
Aquellos que trabajan bien bajo presión han trabajado con intensidad durante años, de modo que su resistencia ha ganado. Para trabajar esta habilidad hay que ser habilidosos en la gestión del tiempo, organizar las metas y saber encontrar espacios de distensión y relajación.
7. Tomar decisiones
La incertidumbre vive en el ser humano, pero hay que aprender a tomar decisiones. Las empresas lo necesitan. Para conseguirlo hay que conocer muy bien la situación, desarrollar los pros y contras de elegir una salida u otra y encontrar los recursos para acertar. En este sentido, entrenar las experiencias debe ayudarnos a ser mejores en la toma de decisiones futuras, conjugando nuestros conocimientos adquiridos con las necesidades de la empresa y la disponibilidad de recursos.
8. Comunicar eficazmente
Comunicación es un concepto muy amplio que puede entrenarse desde distintos ámbitos y con distintas herramientas. Además de aprender de los expertos (usando trucos y obteniendo conocimientos para comunicarnos de manera oral o escrita), debemos apuntarnos a participar en todos aquellos encuentros y eventos en los que tengamos la oportunidad de entrenar nuestras habilidades comunicativas. Una simple presentación ante un grupo de compañeros de la empresa puede ser el principio de todo.
9. Empatía
La empatía es una habilidad propia de los seres humanos y de algunos grandes primates, pero no basta con eso. Hay que entrenarla. Para hacerlo, lo más recomendable es participar en organizaciones o asociaciones en las que podamos escuchar experiencias y testimonios ajenos a nosotros, que nos acerquen a realidades distintas y nos permitan descubrir lo privilegiados que somos en muchos ámbitos de la vida. Abrir los ojos nos ayudará a ser más empáticos en nuestra vida personal y profesional.
10. Escucha activa
Decimos que escuchamos, pero muchas veces estamos con la cabeza en otra parte o con la mirada puesta en el móvil. Entrenar la escucha activa es muy fácil en realidad. Puedes empezar a hacerlo en casa, con tus hijos, tu pareja o tus padres. O con tus amigos, en la terraza de un bar. Escuchar mirando a los ojos y entrenarte para reeducarte es la clave. Todo tu entorno y la gente que trabaja contigo lo agradecerá.
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