Estar nervioso o nerviosa en una entrevista de trabajo es lo más normal del mundo. Sin embargo, aunque sentir algo de inquietud puede ayudarnos a enfrentar la entrevista con la debida tensión e interés, a muchas personas puede jugarles una mala pasada. Especialmente si el nivel de nerviosismo es tan elevado que termina transformándose en ansiedad. Lo que suele suceder en esos casos es que se cometan errores, la mente nos traiciona y, en definitiva, terminamos sin transmitir aquello que de verdad queremos: nuestras habilidades, conocimientos y pasión por el trabajo y la vacante que queremos conseguir.
Pero, ¿qué podemos hacer para calmar los nervios ante una entrevista de trabajo? A continuación, te damos cinco claves para sentirte mejor y hacer la mejor entrevista.
1. Hazte cargo: estar nervioso o nerviosa es perfectamente normal
Cuando vamos a una entrevista de trabajo es porque esperamos hacer un cambio importante en nuestra vida. Puede ser nuestro primer empleo, un trabajo que llevamos mucho tiempo deseando o un puesto que, en definitiva, necesitamos para sacar adelante nuestra vida, obtener ingresos y emanciparnos, por ejemplo. Ante esta situación es normal que nos sintamos nerviosos.
El primer paso ante tamaña circunstancia es aceptar que la inquietud es normal. Seguramente el mero hecho de tomar conciencia de ello nos ayudará a relativizar y regular las emociones en el momento de enfrentarnos a la entrevista.
2. Prepárate bien la entrevista de trabajo: este es uno de tus súper poderes
Entre las muchísimas habilidades, conocimientos y experiencias que puedes llevar en la mochila, debes contar con un súper poder que solo depende de ti: disponer de la información que necesitas para sacar adelante la entrevista de trabajo, responder a las preguntas que el entrevistador te plantee y no fallar en cualquier cuestión rudimentaria. Nuestra recomendación es que antes de la entrevista hagas lo siguiente (y si es posible por este orden):
- Leer con detenimiento la oferta de trabajo para tener claros los requisitos del puesto y argumentar o presentar la documentación que sea pertinente
- Repasar tu CV al detalle y corregir cualquier imprecisión que hayas podido cometer. Será bueno que puedas aclarar cualquier cuestión sobre tu experiencia o formación en la entrevista
- Anotar cualquiera de estas cuestiones en una libreta. Es importante que lo tengas todo claro para defenderlo durante la conversación, de modo que dejarlo negro sobre blanco te ayudará
- Visitar la web de la empresa y sus redes sociales para conocer más sobre cómo funciona la empresa, qué tipo de acciones realiza, a qué tipo de clientes o mercados se dirige, cuáles son sus necesidades actuales, etcétera. Si no has trabajado nunca en el sector en el que opera, trata de estudiarlo mínimamente. De este modo, podrás salir al paso de cualquier cuestión que te plantee el entrevistador y mostrarle que estás interesado en la actividad de la empresa
3. Duerme bien, medita y haz ejercicios de respiraciones
Cualquier ejercicio que te sirva para estar tranquilo, te ayudará. Aunque lo primero (y más importante) es dormir bien. Es muy posible que el día antes de la entrevista tengas un poco de insomnio o que tu cabeza no pare de darle vueltas a la entrevista. Lo más recomendable, en estos casos, es tomar una cena ligera o un pequeño tentempié, además de activar rutinas que te resulten agradables: dar un paseo, leer un poco, escuchar música, ver una de tus series favoritas, charlar con un amigo, practicar algo de deporte, yoga o meditación. En cualquier caso, asegúrate de que son actividades relajantes. Evita, en la medida de lo posible, los estimulantes (cafés, tés, bebidas energéticas) y come saludable (fruta, verdura y cereales integrales). Acuéstate pronto y trata de descansar.
4. Plantéate la entrevista de trabajo como una conversación
En realidad es bueno acudir a la entrevista como si fueras a mantener una conversación sobre ti con el entrevistador. Reconocer que estás un poco nervioso puede ayudarte a conectar con la persona que tienes delante, porque seguramente te tranquilice y quite hierro al asunto. De este modo, podréis comenzar un diálogo de tú a tú, en el que a pesar de las distancias, podáis mantener una conversación cordial y agradable.
La sinceridad y la naturalidad siempre son buenas aliadas, de modo que no tengas dudas a la hora de recurrir a ellas. Seguro que tu entrevistador también ha pasado una o varias veces por lo mismo y sabrá comprender cualquier imprecisión que cometas.
5. Espera, piensa y concédete un tiempo
Si estás un poco nervioso, es normal que tengas dudas o pequeños lapsus. Puedes excusarte con el entrevistador, indicándole que estás un poco nervioso o bien que estás tratando de ordenar las ideas. En realidad es una manera de mostrarle que estás interesado en hacer una buena entrevista y que te lo tomas muy en serio. Cuando el entrevistador te haga una pregunta, trata de escuchar bien, pensar y ordenar lo que vas a decir. No es sencillo, pero te saldrá bien si antes has hecho el ejercicio previo de preparar la entrevista y tomar conciencia del momento que estás viviendo. Si no has entendido bien la cuestión, no dudes en preguntar de nuevo.
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