Trabajamos a cambio de un sueldo, pero de nuestro empleo buscamos muchas otras cosas. Un estudio realizado por InfoJobs, detalla que para los empleados y empleadas, la flexibilidad y el tipo de contrato son necesidades laborales que están en la cúspide, con porcentajes del 37 % y el 36 %, respectivamente. Sin embargo, la tercera posición en el podio la ocupa el compañerismo, que es fundamental para un 29 % de los encuestados.
Somos animales sociales y como tales, necesitamos conectar con otras personas. Así no es extraño que lo pasemos mal y busquemos ayuda si nos toca lidiar con un compañero de trabajo conflictivo. Los compañeros tóxicos a menudo generan problemas y dinamitan el buen clima laboral que existe en una empresa o departamento. Por suerte, es fácil detectarlos si permanecemos atentos a las señales. Y aunque no es tan fácil neutralizarlos, hay una serie de decisiones y acciones que podemos llevar a cabo para evitarlos.
Hoy queremos explorar contigo cinco maneras de evitar a un compañero de trabajo conflictivo para anular sus poderosos tentáculos y disfrutar de una experiencia laboral plenamente sana y feliz. Pero, empecemos por el principio.
¿Qué es un compañero tóxico?
Hay muchos tipos de compañeros tóxicos, cada uno con sus particularidades y malas artes. Hay numerosas clasificaciones en la literatura psicológica y empresarial. Sin embargo, y por generalizar, podemos decir que un compañero de trabajo tóxico es aquel que a través de una actitud negativa, trata de contagiar a los demás. A menudo son criticones e incapaces de apreciar el lado bueno de las cosas. Muchos disfrutan con el chismorreo, practicando incluso la mentira y levantando falsos testimonios por doquier. Los peores son los que tratan de manipular a los demás hasta el punto de ver siempre el generar graves malentendidos y ensombrecer las relaciones personales entre todas las personas del equipo. Algunos disfrutan practicando la queja: es su deporte favorito, mientras otros transitan jornada tras jornada sin aportar ni un gramo de nada. Huye de aquellos que no sienten el mayor remordimiento cuando pisan a los demás para conseguir sus objetivos o celebran como propios los logros de otros.
¿Has reconocido aquí a un compañero de trabajo conflictivo? Vamos a contarte cinco maneras de evitarlo.
1. Afrontar el conflicto a través del diálogo
La esperanza es lo último que se pierde y el diálogo es una de las armas más poderosas que existen. Nosotros usaríamos esta primera carta si todavía crees que es posible entablar una conversación con ese compañero de trabajo conflictivo. A veces todo es producto de un malentendido o de una primera mala impresión que puede subsanarse aclarando vuestros puntos de vista. Intenta el diálogo para resolver el problema. La historia nos dice que no son pocos los conflictos que se han resuelto después de una conversación para la paz.
2. Hacer todo lo posible por evitar el conflicto
Una buena manera de hacerlo es pasando el menor tiempo con él. Limita el tiempo en que interaccionas con esa persona, porque te resultará mucho más fácil tolerar determinadas actitudes. No es lo mismo soportar el trago durante diez minutos que hacerlo durante tres horas seguidas. Si no necesitas intercambiar ninguna información o espacio de trabajo con él, evítalo. Y si vas a desayunar o a comer fuera, disfruta de tu tiempo con otros compañeros de trabajo que te aporten en positivo y, sobre todo, no perdáis tiempo conversando sobre sus tretas. Le estaréis haciendo un regalo.
3. Llegar a un acuerdo o pacto con el compañero de trabajo conflictivo
En realidad no deja de ser una solución basada en el diálogo. Si después de hablar con el compañero de trabajo conflictivo no habéis conseguido acercar posiciones, lo más sensato será llegar a un acuerdo o pacto. Si hay un tema que despierta en vosotros tensiones, quizá sea mejor trasladarlo a otros compañeros que puedan resolverlo con más objetividad. Se trata de dejar claro cuál es el obstáculo insalvable y tomar una determinación compartida acerca del mismo. Quizá la solución sea no coincidir en determinadas reuniones o en delegar algunas tareas a otras personas. La mediación con vuestro responsable más directo será clave, porque la determinación debe ser, en todo momento, justa. En cualquier caso, aceptar vuestras diferencias es un buena base para ganar humildad y empezar de cero.
4. Pedir ayuda a otras personas o compañeros
No hace falta que esperes a que el conflicto se agrave: no es en absoluto recomendable que la bola de nieve se vaya haciendo grande. Buscar ayuda significa contar con el apoyo de vuestro responsable y compañeros de trabajo, especialmente si las situaciones generadas por el compañero de trabajo conflictivo entrañan gravedad. Cuanto antes hagas pública la situación y puedas demostrarlo con pruebas (por ejemplo, correos electrónicos desagradables, conversaciones hirientes, actitudes despóticas), mejor. Las demás personas te ofrecerán su visión desde fuera y podrán darte claves para gestionar la situación de la manera más acertada posible.
5. Entierra el hacha de guerra (es por tu bien)
Un compañero de trabajo conflictivo puede echar por tierra tus límites e incluso es posible que no te reconozcas en tu manera de actuar. Si es de los que buscan tu enfado, no cejará en el intento y hará todo lo posible para pincharte para ver cómo estallas. Ignorar su comportamiento tóxico es una de las mayores lecciones que puedes darle. De hecho, en cuanto vea que sus tretas no tienen efecto, dejará de tenerte en su objetivo. Y tú te habrás librado de la manera más inteligente de alguien que no te hacía ningún bien.
No es fácil, lo sabemos, pero debes intentarlo. No dejes de buscar ayuda y permanecer fuerte. Es por tu bien.
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