¿Qué hago si recibo una oferta de la competencia?

Contratar a un profesional que ha trabajado en la competencia tiene ventajas: conoce a los clientes, los servicios o productos, las dinámicas de trabajo, etc. El tiempo de adaptación se reduce y puede aportar nuevas ideas ya probadas en su empresa… e incluso traerse algún cliente.

Hay quien dice que otra ventaja es hacer daño a la otra empresa, puede ser que a determinados niveles sea así, pero no creo que sea un motivo buscado, más bien una consecuencia.

Con las redes sociales y portales de empleo es muy fácil localizar profesionales de empresas de la competencia y chequear el interés sobre un posible cambio profesional.Para posiciones de alta dirección se sigue recurriendo a empresas de Headhunter.

Recibir el mensaje de una empresa de la competencia te pone en estado de alerta, sobre todo cuando no estás buscando trabajo y te preocupa que tu empresa se entere.

Si has pasado o estás pasando por una situación de este tipo, después de la sorpresa inicial, te asaltarán muchas emociones mezcladas: te sentirás alagado y hasta reconocido, después vienen los aspectos éticos: «¡ni loco me voy a la competencia, no es ético!»Puede que te sientas hasta culpable.

Después de esta fase, comienzas a plantearte el tema en términos de «oportunidad». A nadie le gusta dejar pasar oportunidades sin al menos valorarlas, quizás por una mezcla de sentimiento de pérdida y curiosidad.

Sentir que actúas desde el miedo o desde el confort, es incómodo y te dices a ti mismo que no hay que cerrarse a los cambios, «hay que arriesgarse, los cambios son buenos».

Pueden volver los sentimientos de dudas en los que valoras tu actual trabajo: «no es el momento de cambiar, estoy bien aquí, me gusta mi trabajo, tengo antigüedad, confían en mí, etc.».

Incluso si tienes claro que no quieres cambiar, al menos te gustaría sacar algo positivo: «llevo tiempo sin moverme, esto puede servirme para ver cómo está el mercado y cómo se valora mi experiencia».

También aparece la desconfianza, dudamos de la intención de la empresa ofertante, pensando que sólo quiere sacarnos información que pueda usar en su beneficio. No es una desconfianza sin fundamento: esto ocurre, se hace, a veces se cita a candidatos para obtener información de su empresa.

Cómo es normal, se siente miedo a que tu empresa se entere de que estás valorando otras opciones y ponga en duda tu lealtad (este es un riesgo real): «¿qué pensarán de mí en la empresa si se enteran de que he ido a la entrevista?».

Todo esto es muy normal, la empresa ofertante pilla desprevenido al candidato y es normal sentirse un poco confuso. Date tiempo para asimilarlo, no hace falta (ni es recomendable) que contestes de forma inmediata.

La empresa ofertante, sabe que no será fácil vencer tu resistencia, no se trata de un candidato normal que se ha apuntado a una oferta, en esta ocasión va a requerir de muchas habilidades de negociación-persuasión y aun así sabe que hay muchas posibilidades de que el candidato rechace la propuesta.

En mi opinión, cualquier decisión es legítima, así que quítale hierro al asunto. Es necesario un tiempo de reflexión en frío, para evaluar pros y contras, qué objetivos tienes, dónde te ves a largo plazo, etc. Moverse sólo por motivos económicos o por hacer daño a tu empresa a la larga sale caro. Quedarse sólo por miedo o comodidad no es una buena opción. Si tienes claro que irte a la competencia no es para ti, sé claro y no demores la respuesta, hazlo de forma muy correcta para no cerrarte la puerta en el futuro. Piensa en ti y en tu carrera profesional.